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Curiosidades y secretos del Museo de la Ciudad en La Habana… desde donde antaño gobernaran Cuba los Capitanes Generales (+ Fotos + Video)

Frente a la Plaza de Armas, entre las calles Obispo y O´Reilly se alza majestuoso el Palacio de los Capitanes Generales, que antaño fuera el centro del poder español en Cuba y que hoy sirve de sede al Museo de la Ciudad, uno de los más importantes de La Habana y custodio de no pocos secretos de la capital de la Isla.



Fruto del talento del ingeniero habanero Antonio Fernández de Trebejos y Zaldívar se construyó el Palacio de los Capitanes Generales en el espacio que antaño ocupara la Parroquial Mayor. Hasta ese momento los gobernantes de Cuba habían residido en el Castillo de la Real Fuerza que no era, precisamente, un dechado de comodidad.

Construido durante el mandato del capitán general Felipe de Fondesviela, Marqués de la Torre, abrió sus puertas a los mandamases de Cuba en 1791 y por más de un siglo les sirvió de residencia y palacio de Gobierno.

Tras el fin del dominio español en la Isla fue la sede del gobierno interventor de los Estados Unidos (1899 – 1902) y una vez estrenada la República de Cuba independiente alojó a sus presidentes; hasta 1920 en que el general Mario García Menocal se mudó para el Palacio Presidencial (que al principio no iba ser presidencial, pero igual se lo quedó porque le gustó más que la vieja residencia de los gobernantes españoles).

Frente a la Plaza de Armas, entre las calles Obispo y O´Reilly se alza majestuoso el Palacio de los Capitanes Generales

Pocos lo saben, porque poco se dice que, durante la colonia, mientras el inmueble cedía de sede del Gobierno y residencia de los capitanes generales, en una de sus alas funcionaron además, en varios momentos de su historia, la Cárcel Pública y la Alcaldía de La Habana (esta última por 176 años ininterrumpidos).

Tampoco es muy conocido el hecho de que, por poco, no llega hasta nosotros de una pieza, pues un grupo de simpatizantes de los insurrectos cubanos cavaron un túnel por debajo de la calle con el objetivo de dinamitarlo y mandar al otro mundo al sanguinario capitán general Valeriano Weyler por el que no sentían simpatía alguna.

En 1967 el gobierno del municipio de La Habana dispuso que el edificio se restaurara para que sirviera de sede del Museo de la Ciudad de La Habana, cuyas primeras salas quedaron abiertas al público al año siguiente.

Desde 1938 en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales funcionaban las oficinas del Historiador de la Ciudad que quedaron encargadas del museo.

Tras el fin del dominio español en la Isla fue la sede del gobierno interventor de los Estados Unidos (1899 – 1902)

Actualmente cuenta con 40 salas de exposiciones permanentes que se encuentran dedicadas a preservar la memoria de las guerras por la independencia de Cuba. Entre ellas destacan la Heráldica, que se dedica a la exhibición de objetos y documentos como certificaciones de armas, limpiezas de sangres, títulos de nobleza y otros que la aristocracia cubano – española consideraba de mucha importancia a la hora de mostrar pedigrí.

En el museo se conserva la Giraldilla original (porque la que se encuentra en La Fuerza es una copia), piezas funerarias únicas procedentes del desaparecido Cementerio de Espada y una pinacoteca envidiable con obras de Leopoldo Romañach, Armando Menocal, Víctor Manuel, Amelia Peláez, Mariano Rodríguez, René Portocarrero, Wifredo Lam y otros.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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