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Conoce el origen de algunas de las calles más populares de La Habana

Historias curiosas e interesantes animan el origen de las calles habaneras como las de cualquier urbe del mundo. Hoy les compartimos el origen de algunas de las más conocidas:



Aguacate:  Debe su nombre por la existencia de un frondoso árbol de este fruto en la huerta del Convento de Belén. Los que eran vendidos a precios razonables, para evitar el castigo divino.

Inquisidor:  Debe su nombre al tristemente célebre inquisidor don Antón Claudio de Luz, quien viviera en ella. Realmente un “botellero”, porque, que yo sepa, aquí jamás el Inquisidor encontró pecadores ni herejes me merecieran el santo castigo, seguramente porque los funcionarios y eclesiásticos temían que la santa candela empezara por casa.

Teniente Rey:  Porque en ella vivió el teniente gobernador Félix del Rey.

Tejadillo:  Parque en esa calle había una casa con tejas, lo que no era común en aquellos tiempos, parece que estaba más de moda las cubiertas de guano.

Mercaderes:  Porque en esa calle vivían muchos comerciantes.

Lamparilla:  Porque todas las noches un señor colgaba una lamparilla de aceite y se decía que era para las ánimas del purgatorio.

Águila:  Un comerciante puso en la puerta de su taberna una hermosa águila pintada y de ahí su nombre, menos mal que solo se le ocurrió pintar un águila.

Campanario: Por el campanario de la iglesia parroquial de Guadalupe, que ya no existe.

Oficios:  Porque en esa calle vivían muchos artesanos.

Corrales:  Lugar donde hoy se encuentra la Estación de Ferrocarril, y donde existían corrales para cerdos.

Perseverancia:  Debe su nombre a la perseverancia de los ingenieros constructores de las calles habaneras, durante 1818, dado lo complicado del trazado de las mismas.

Trocadero:  En 1823 esta calle se llamaba León de Oro. Cuando los franceses tomaron el fuerte Trocadero de Cádiz, se le dio ese nombre. El fuerte que perdieron en España, lo rescataron en una calle en Cuba; bueno, algo es algo.

Jesús María:  En 1753 en la calle Real de Jesús María, hoy Revillagigedo, fue levantada una ermita a Jesús, María y José, que le dio nombre a la famosa barriada.

Lealtad:  En 1881, don José María Morejón y Rojas, estableció una cigarrería con el nombre de Lealtad, en la esquina hoy conforman las calles Lealtad y Salud.

Amargura:  Recibió el nombre por la peregrinación del Vía Crucis en recordación al martirio de Jesús.

Tulipán:  El Cerro se distinguió por la alta producción de variedades de flores, incluyendo muchas exóticas, como el tulipán que dio nombre a su concurrida calle. Hoy se distingue por un verdadero complejo agro-alimentario y donde usted podrá tomarse unos jugos de frutas naturales que son verdaderos regalos al paladar más exigente.

Baratillo:  Antiguamente se llamó Villa Alta. Esta calle une las plazas de Armas y de San Francisco. Toma su nombre por la cantidad de mercancías baratas que se vendían allí.

Acosta:  Se refiere a Félix Acosta y Rieza, regidor que combatiera al invasor inglés, hecho similar ocurre con la calle Aguiar, regidor que también combatió a los ingleses.

O’Reilly:  Debe su nombre al hecho de que por ella hizo su entrada el general español Alejandro O’Reilly cuando se produjo la retirada de los ingleses.

Cuarteles:  Por la existencia de dos cuarteles, el de San Telmo y el de Artillería Diaria.

Empedrado: Por ser la primera calle habanera en ser empedrada o pavimentada con piedras llamadas “chinas pelonas”, la preocupación de los vecinos era que se formara una pelea y la cosa se resolviera a pedradas, porque esa guerra no se terminaría jamás. Claro que años más tarde todo se resolvía tomándose unos mojitos en la Bodeguita del Medio, donde está ubicada el mundialmente famoso lugar.

Apodaca: Por el general Juan Ruiz de Apodaca, conde de Venadito, que gobernó de 1812 a 1816.

Ronda: Se le denomino así por ser el camino de la ronda militar cuando los terrenos donde se encuentra la Universidad eran de la Pirotecnia del Ejército. En 1928 se le dio el nombre de Carlitos Aguirre, sobrino del Dr. Orestes Ferrara, quien falleció trágicamente mientras presenciaba una corrida de toros en España. Pero el pueblo la sigue llamando Ronda.

Carlos III: A esta popular avenida se le ha cambiado el nombre, curiosamente tres veces que yo recuerde: Tacón, Avenida de la Independencia, Avenida Allende, pero el pueblo la sigue llamando Carlos III, hasta un mercado abierto hace pocos años reabrió con el nombre del famoso monarca español.

Cristina: Por la Reina María Cristina, que nos gobernó (1833-1843), no sabemos si a ella se refería el reconocido músico cubano Ñico Saquito en su famosa guaracha que decía: “Marina Cristina me quiere gobernar”… lo que sí sabemos es que se cambió el nombre por Avenida de México.

Estrella: Su nombre se debe porque en la primera casa de esta vía, esquina a Águila y frente al Campo Marte (hoy Parque de la Fraternidad), existía un gran farol en forma de estrella.

Hospital: Porque conducía al antiguo hospital de San Lázaro. En 1921 toma el nombre de hospital.

Infanta: Por la infanta Isabel, hija de Fernando VII y María Cristina. En 1921 se le dio el nombre de Avenida Menocal, y en 1928 se le cambió este nombre por el de general Calixto García, pero se continuó llamándola Infanta.

Jesús Peregrino: Por un retablo o altar que tenía el famoso José Antonio Aponte, organizador de la famosa Conspiración de Aponte en 1912. En ese altar, Aponte, que era carpintero, creó una talla de gran tamaño de Jesús Peregrino.

Marina: Por su proximidad el mar y residir allí numerosos pescadores, pero se le cambió ese nombre por el de Washington.

Neptuno: Por salir al lugar donde existía un monumento a Neptuno, existente en la antigua Avenida Isabel II (Paseo del Prado). Se le dio el nombre de Juan Clemente Zenea, pero volvió a llamarse Neptuno, el que al encontrarse con el Prado, se convirtió en una de las esquinas más famosa de La Habana: Prado y Neptuno, y todo al ritmo del Chachachá.

San Lázaro: Por conducir al hospital de ese nombre. Más tarde se le dio el nombre de Avenida de la República, posteriormente se le restituyó su nombre original. Calle famosa por las combativas manifestaciones estudiantiles que partiendo de la Universidad llegaban hasta la calle Infanta, donde el enfrentamiento con la policía del gobierno de Fulgencio Batista demostraba el heroísmo de la juventud cubana en su permanente lucha por la democracia, la libertad y la justicia.

Enna: Puesto en honor del general español Manuel Enna, quien se enfrentó las tropas del general venezolano-cubano Narciso López, donde fue gravemente herido y murió. Esta calle es la más corta de La Habana, y la puede usted encontrar detrás del Templete, curiosamente haciendo esquina con la calle general Narciso López, los dos adversarios de ayer se juntan en un pequeño y tranquilo callejón habanero.

Paula: Porque en su extremidad, se encontraba la iglesia de San Francisco de Paula. El Ayuntamiento acordó en 1922 sustituir el nombre de Paula por Leonor Pérez, la madre de José Martí.

Obispo: Unos historiadores dicen que el nombre de esta concurrida calle se debe a que la frecuentaba en sus diarios paseos, el obispo don Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, pero otros aseguran en 1641 vivía en ella -y la recorría diariamente-, el obispo Fray Jerónimo de Lara, hasta que en 1807 al Ayuntamiento de La Habana se le ocurrió llamarla con el nombre del despótico Valeriano Weyler, al marcharse los españoles, el pueblo habanero arrancó todas las placas con el fatídico nombre. Actualmente, miles de cubanos heredamos la saludable costumbre de los obispos de pasear por esta hermosa calle. ¿Me acompañan?

Zanja: Este nombre se debe a que por ella corrían las aguas de la Zanja Real, que abastecía a La Habana. En su refrescante recorrido pasaba por el popular barrio chino.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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