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Carlos Manuel de Céspedes, el “hermano de la patria” que fue presidente de Cuba por 23 días

Ni se acerca al mandato más corto en la historia de Cuba, pero la presidencia de Carlos Manuel de Céspedes (12 de agosto – 4 de septiembre de 1933) bien puede ser clasificada como exprés. Sólo 23 días pudo mantenerse al frente del Ejecutivo, pues fue barrido por un golpe militar de clases y soldados del ejército puestos de acuerdo con algunos elementos de la sociedad civil.



Carlos Manuel de Céspedes y Quesada era el menor de los hijos del Padre de la Patria cubana (de ahí que algunos amantes de la guasa le conocieran como “el hermano de la patria”) y había nacido en 1871 en la ciudad de Nueva York donde su madre se encontraba exiliada.

Nunca conoció a su padre que murió en las montañas de Oriente enfrentando a los españoles, pero creció bajo el peso de su impronta.
Por esa razón vino a Cuba durante la Guerra del 95 al frente de una expedición y se sumó a las huestes libertadoras en las que alcanzó el grado de coronel.

Finalizada la contienda formó parte de la Asamblea de Santa Cruz del Sur (luego del Cerro) en la que fue uno de los pocos delegados que votó en contra de la destitución del general en jefe Máximo Gómez.

En la República formó parte del cuerpo diplomático cubano y se desempeñó como embajador de la Isla en Argentina, Francia, el Reino Unido y Estados Unidos. Durante la presidencia de Alfredo Zayas se desempeñó también como secretario de Estado.

Fue el hombre escogido por la Mediación (donde los políticos cubanos tradicionales se pusieron de acuerdo con el ejército y el embajador de Estados Unidos) para sustituir el desacreditado gobierno de Gerardo Machado y poco después de la huida de éste recibió la presidencia de manos del general Alberto Herrera.

Llegó al Ejecutivo con ímpetu moralizador, pero no pudo llevar adelante su plan de gobierno, pues no contó con el consenso de los cubanos.
El 4 de septiembre de 1933, mientras se encontraba de gira por el centro del país visitando las provincias que habían sido afectadas por un ciclón, recibió la alarmante noticia de que un grupo de soldados y sargentos habían tomado la fortaleza de Columbia y que poco a poco los insurrectos iban controlando todas las guarniciones del país.

Regresó al Palacio Presidencial donde intentó oponerse al golpe, pero descubrió que ya no era obedecido por nadie por lo que decidió entregar el poder a los civiles y militares que habían dado el golpe, no sin antes reprocharles su irresponsabilidad ante la historia de Cuba.
Tras cesar en la presidencia se retiró a la vida privada. Falleció cinco años después en su casona del Vedado.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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