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Calixto García: la herida del honor que le atravesó el cráneo

El sonido del disparo retumbó con una explosión en sus oídos. En ese mismo instante su cuerpo se proyectó hacia atrás, impulsado por la fuerza de una bala calibre .44, del revólver Smith & Wesson que todavía sostenía en su desmadejada mano. Ya en el suelo, los soldados españoles observaron la abundante sangre que brotaba de la herida en su frente y por debajo del mentón, increíblemente el hombre estaba vivo. Se trataba del jefe del primer cuerpo del Ejército Libertador, el mayor general Calixto García Íñiguez.



Ocurrió el 6 de septiembre de 1874, en San Antonio de Baja, cerca de Veguitas, en Bayamo. Hallándose acompañado solamente por unos 20 efectivos, el enemigo logró cercarlo. Ante tal desesperada situación prefirió morir antes de caer en manos de los españoles. Es famosa la anécdota que su madre, al recibir la noticia de que Calixto había caído preso, se negó a creerlo. Cuando le explicaron su intento frustrado de suicidio, entonces aceptó el hecho.

Un capitán español acudió al auxilio del jefe cubano inconsciente. Tapó el orificio de entrada, palatino y frontal con el empleo de hilos saturados de yodo. Trasladado hacia Veguitas, el médico Federico Baglietto le practicó la primera cura. De ahí fue enviado a Manzanillo, embarcado en el navío Francisco de Borja hasta Santiago de Cuba, mientras estuvo a bordo, fue atendido por un médico de la Marina.

El general prisionero fue deportado a España  y guardó prisión. La recuperación de la grave herida fue lenta, tuvo que aprender a hablar de nuevo y jamás recuperó el tono habitual de su voz. Los médicos militares le hicieron sistemáticas curaciones pues la herida nunca dejó de supurarle, a tal punto, que siempre hubo que desinfectarla con agua fenicada, manteniendo mechas a todo lo largo del trayecto de la herida hasta donde era posible. El paciente sufría sangramientos bucales a causa de la dislocación de su dentadura.

En el año 1893 su hijo Calixto García Velez, graduado de cirujano dentista, le practicó una intervención quirúrgica para aliviarle. El procedimiento de época consistió en extraerle dientes en mala posición o enfermos y colocarle una prótesis de caucho vulcanizado.

El sonido del disparo retumbó con una explosión en sus oídos. -wikipedia.com

Un estudio posterior de reconstrucción de la trayectoria seguida por la bala, del doctor holguinero Raúl Pupo Trigueiro, a partir de la mascarilla mortuoria del mayor general cubano, permitió establecer que el proyectil penetró por detrás del mentón y salió por la frente, afectando en su recorrido la piel, el músculo milohiodeo, el suelo de la boca, la lengua y la mucosa palatina. Interesó también, los huesos máxilo – palatinos, la cavidad nasal, el piso seno frontal, la mucosa sinusal y la pared anterior, y finalmente el músculo y la piel frontales. Según el especialista, la carencia de antibióticos en esos años provocó el padecimiento de una sinusitis crónica de cual brotaba pus y no podía sanar.

Fuentes bibliográficas:

  • Datos obtenidos en Juventud Rebelde 12 de diciembre del 2008, p.4.

Por: Maikel Mederos Fiallo.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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