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Así fue la última sangrienta batalla entre cubanos y españoles durante la Guerra del 95… y que al final no representó nada

La última batalla en la que se enfrentaron cubanos y españoles durante la Guerra del 95 fue la de Arroyo Blanco, cuando los insurrectos, liderados por el general y futuro presidente de la República, José Miguel Gómez tomaron por asalto el pueblo de Arroyo Blanco en el centro de Cuba. Era el 27 de julio de 1898 y los peninsulares ya habían perdido toda esperanza de triunfar en la contienda tras el hundimiento de la escuadra de Cervera en Santiago de Cuba.



Arroyo Blanco era un pueblo muy bien fortificado que los cubanos habían intentado tomar infructuosamente en varias ocasiones. En la última, previa a su ocupación, las fuerzas combinadas de los generales José Miguel Gómez, Francisco Carrillo y Máximo Gómez, lo habían sitiado desde el 27 de enero hasta el 2 de febrero de 1897; pero los españoles habían resistido en sus 14 fuertes y obligado a retirarse a los insurrectos tras enviar refuerzos desde el poblado de Taguasco y la trocha militar de Júcaro a Morón.

Sin embargo, la situación militar en julio de 1898 había cambiado por completo. Las tropas españolas se encontraban desmoralizadas y sabían que la guerra estaba perdida. Además, los cubanos contaban con artillería traída desde Estados Unidos por el general Emilio Núñez, con la que la ventaja posicional de los fuertes defensores en las alturas que rodeaban la plaza quedaba minimizada.

Con los cañones de dinamita manejados por los mambises los fuertes quedaron reducidos a escombros y fueron ocupados por los insurrectos uno por uno; mientras la caballería maniobraba alrededor del pueblo para impedir la llegada de cualquier posible refuerzo.

Sin embargo, los españoles no hicieron ademán alguno de socorrer Arroyo Blanco a pesar de poseer fuertes concentraciones de tropas cercanas.

Ya en ese momento el alto mando español pensaba más en lograr una paz honrosa y salir de una vez de Cuba que en enredarse en largas batallas que costarán mares de sangre. Por esa razón rindieron la plaza y la entregaron a los cubanos.

Menos de dos semanas después, España se rindió a los Estados Unidos. Había terminado la guerra y Cuba, según los términos del Tratado de París fue ocupada por el ejército norteamericano… Arroyo Blanco en términos militares no había significado ni decidido nada, más allá de marcar el último enfrentamiento entre cubanos y españoles.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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