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Sombrero de Yarey, un símbolo casi perdido de la cubanía

Junto a las guayabera es el sombrero de yarey una de las prendas que identifica al cubano donde quiera que esté. De anchas alas, fácil confección y muy barato se emplea en la isla desde tiempos inmemoriales. Asociado a la cultura campesina lo llevaron también los mambises en las gestas independentistas con la escarapela cubana; y hoy es uno de los suvenires preferidos por los turistas cuando arriban a la Isla.



Al ser una prenda antiquísima y de uso tan extendido resulta del todo imposible saber a quién se le ocurrió por primera vez tejer las fibras del yarey para realizar un sombrero. Tampoco se puede determinar en qué región de Cuba comenzó a utilizarse por primera vez. Pudo ser en un solo lugar y de ahí extenderse su uso, o surgir en varios lugares simultáneamente… Tampoco tiene demasiada importancia.

El sombrero de yarey se fabrica con las fibras vegetales de una palma de tronco delgado y corto, sin espinas que abunda en la Isla.

A él le han cantado los más célebres bardos cubanos. El novelista Cirilo Villaverde le dedicó “La tejedora del sombrero de yarey” y el incomparable Ernesto Lecuona de escribió, incluso, una ópera.

Desde muy temprano el sombrero de yarey asaltó la imaginación de los esclavos traídos a la fuerza desde África. Por esa razón varios orishas lo llevan como parte de su indumentaria, como mismo lo llevaban los negros que con él se protegían del sol en las inmensas plantaciones de caña de azúcar.

Tras una época en que pareció morir y fue considerado como atributivo del pasado y “cosa de guajiros”, el sombrero de yarey ha revivido en Cuba. Los diseñadores lo incluyen en sus catálogos y no existe un turista que se vaya de la Isla sin adquirir uno.

No puede ser de otra forma pues es todo un símbolo de cubanía.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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