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¿Sabías que el diablo estuvo en Cuba? (Aquí te contamos dónde y cuándo)

Los habitantes de la ciudad de Sancti Spíritus afirma que el diablo caminó por esa villa hace siglo y medio y su aparición provocó el pánico entre los vecinos que salieron en estampida de la iglesia y se rompieron brazos, piernas y cabezas en el corre corre.



Corría el año 1859 cuando dos predicadores con muy mala leche, Aviñón y Cuervo, se aparecieron en la villa. Aviñón tenía malas pulgas, pero era un piquito de oro y cuando se dirigía a los feligreses desde el púlpito estos quedaban arrobados, casi en estado de éxtasis. Cuervo, por el contrario, no hablaba nunca y era más feo que el que se comió al feo; así que dejaba las relaciones públicas a su colega y se limitaba a auxiliarle.

En uno de sus sermones estaba el padre Aviñón ante los espirituanos cuando abriendo teatralmente los ojos y señalándoles les dijo:

– Pecadores, aunque ustedes lo ignoren, el diablo está oyendo sus palabras – y siguió con la cantaleta echándoles miedo a los infelices que abarrotaban la iglesia – ya son ustedes presa del diablo y arderán sin distinciones en el infierno. ¡Os vais a consumir, pecadores! Pronto aparecerá el diablo para recogerlos a todos y cada uno de vosotros porque tenéis ganada y merecida la condena.

En la misma medida en que el iracundo cura se exaltaba, los espirituanos se iban poniendo blancos como el papel y profundos temblores recorrían sus cuerpos. Viendo el efecto que sus palabras causaban en los feligreses Aviñón llegó al éxtasis y con la voz más terrible que pudo emplear grito a voz en cuello:

– ¡El diablo viene a buscarlos! ¡Miradlo ahí! – y señaló con la mano extendida hacia la sacristía.

Lo que no pudo prever el exaltado cura fue que en ese momento y por casualidad hiciera aparición por el mismo punto al que señalaba la figura endemoniadamente fea de su colega Cuervo.

Aquello fue el acabose. Los que no se desmayaron por el terror salieron corriendo hacia las puertas de la iglesia pasando unos sobre otros entre gritos histéricos, lo que provocó heridos y fracturados.

Cuervo, mientras tanto, reía como el mismísimo diablo, al ver el espanto que causaba en la aterrada concurrencia.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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