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¿Sabes de dónde viene la expresión “Vacas gordas” con que los cubanos definen los tiempos de bonanza?

Los pocos períodos de bonanza económica que le han tocado a Cuba en su agitada historia son identificados por sus habitantes como las “vacas gordas”. Pero, ¿de dónde proviene esta expresión popular y que época se conoce en la Isla con ese nombre? Aquí te contamos.
Aunque mucha gente no lo sepa y crea que la expresión “vacas gordas” es producto del ingenio de los cubanos, nada más lejano de la realidad.



La frase tiene origen bíblico. Específicamente en el Génesis 41 del Antiguo Testamento, cuando el faraón de Egipto soñó que del río Nilo emergían siete vacas gordas y hermosas que comenzaban a pastar entre los juncos. Al poco tiempo, en el mismo sitio salían otras siete reses, feas y flacas que se comían a las gordas, pero seguían igual de flacas.

José, el consejero hebreo del faraón interpretó su sueño y le explicó que las vacas gordas significaban que vendrían tiempos de bonanza, pero que no debería dormirse en los laureles, porque a los tiempos buenos, siempre seguirían “vacas flacas” para destruirlos.
La lección de José la debieron recordar mejor los empresarios cubanos, pues de haberlo hecho no les hubiese ido como les fue en la década de 1920.

Cuba vivió sus “vacas gordas” durante la Primera Guerra Mundial – cuando Estados Unidos adquirió completas sus zafras a un precio fijo para abastecer sus tropas – y sobre todo, cuando, una vez finalizada esta el dulce alcanzó el espectacular precio de 22 ½ centavos la libra.
Este precio hizo que los hacendados cubanos ganaran inmensas fortunas de un día para otro y enriqueció a los bancos cubanos y españoles que financiaban las zafras. Unos y otros construyeron enormes mansiones en el Vedado y en la exclusiva Miramar (que son lo que son, en buena medida gracias a las “vacas gordas”. El Estado tuvo mayores ingresos y las numerosas obras públicas y privadas que comenzaron a construirse por todas partes crearon empleos.

A Cuba se lanzaron por miles los inmigrantes españoles y caribeños y parecía que el país había alcanzado la cúspide del progreso gracias a “su majestad el azúcar”.

Sin embargo, esta “Danza de los Millones”, como también se le conoció llegó a su fin abruptamente cuando en diciembre de 1920 los precios del azúcar se derrumbaron y no dejaron de caer hasta llegar a menos de un centavo la libra.

Los hacendados lo perdieron todo y en su caída arrastraron a los bancos, pues no pudieron devolver los créditos que habían entregado para financiar la zafra. Las moliendas se redujeron a la mínima expresión, de demolieron centrales y el auge urbanizador y las obras públicas se detuvieron.

El desempleo y el hambre se enseñorearon de la Isla, todo por culpa de los “faraones” de la economía – casi todos egresados de colegios católicos – que olvidaron la advertencia bíblica de que a las “vacas gordas” le suceden siempre las “vacas flacas” que se las comen.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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