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Las populares jabitas de nylon en Cuba

Cuando el ser humano necesitó guardar y trasladar algo, tuvo que idear los envases, y eso debió de haber ocurrido hace decenas de miles de años, tal vez apremiado por la necesidad de llevar, traer y conservar alimentos y agua.



Desde entonces, la historia de los envases está ligada al desarrollo de la humanidad, que quizás comenzó por utilizar objetos en su forma natural  y después los fue elaborando, hasta llegar a nuestros días, en que la existencia del plástico ha permitido que sean más económicos, y se combinen con otros materiales como los metales y vidrios.

Lo que empezó a suceder a finales de la década de los años 60 del siglo pasado en Cuba, debe ser único en su género, irrepetible en el mundo, pues lo que normalmente es una obligación de los comerciantes al detalle, dejó de serlo porque fue languideciendo la costumbre de que al cliente le dieran todo dentro algún envase, y hubiera que andar con alguna jaba, por si acaso.

También se ha perdido por completo la habilidad de envolver hasta una libra de granos o polvos en un pliego de papel, y solo lo logramos una reminiscencia de bodegueros que ya pasamos a otras ocupaciones y miramos con asombro, nostalgia, enojo e inconformidad que ni los comerciantes privados, particulares, cooperativistas y mucho menos los estatales, se preocupan por satisfacer las necesidades de los clientes al trasladar un producto.

Hay quienes consideran un éxito, venderlas a un peso, junto con la mercancía que contendrán, o intentan pasar como verdadero el espejismo de que no hay que acudir a los ilegales porque el Estado también las oferta a un peso, sin pensar que cuando en una tienda recaudadora de divisas no la incluyen dentro del servicio y hay que salir a comprarla a un peso del tipo CUP, equivale a que nos están encareciendo la compra en 5 centavos de CUC.

En su evolución, los envases son hoy un medio de atraer al cliente mediante la publicidad que se les imprime, pues además de sus formas y colores llamativos, suelen llevar la identificación del centro comercial con direcciones postales, electrónicas, teléfonos, sitios web y todos los datos para ser localizados.

En su involución, los comerciantes cubanos de cualquier forma de gestión, parecen querer rechazar la presencia de los clientes, y si ofrecen alguna jabita plástica, ya no tienen impreso a qué empresa pertenecen, no tienen nada identificativo, como si fuera algo premeditado para que luego puedan ser robadas y vendidas ilegalmente a las puertas de los mismos establecimientos que debieran brindarlas como parte del servicio.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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