fbpx

La Luz de Yara, una de las leyendas cubanas más conocidas

Una de las leyendas cubanas más antiguas y conocidas es la de la Luz de Yara. Se ha repetido en la Isla desde los tiempos de la colonización y hay quienes aseguran que se remonta al mismo suplicio del cacique Hatuey.



Es raro encontrar un campesino que no conozca la leyenda o tenga alguna versión de la misma. Incluso muchos aseguran haberla visto en las noches al cabalgar cerca de los cementerios o en los lugares más apartados.

La leyenda de la Luz de Yara se recoge ya en la literatura cubana del siglo XIX. En la época existían varias versiones del mito, pero todas parten del suplicio al que fue sometido el cacique Hatuey, quien fue condenado a morir en la hoguera en 1501 por los conquistadores españoles en la región de Baracoa.

Del cuerpo en llamas de Hatuey, asegura la leyenda, se desprendió la Luz de Yara que vaga errante por las noches en los campos de Cuba.

Las versiones sobre el mito son muchas. Una de las más extendidas dice que la Luz de Yara comienza como un reflejo sobre el mar que se rompe en mil pedazos; pero si alguien se atreve a rayar un anillo de oro sobre las rocas de la costa esta le va encima al atrevido, pues el alma de Hatuey reclama todo el oro que los conquistadores se robaron de Cuba.

Otros – los menos – dicen que la luz de Yara no es el alma de Hatuey, sino la de una joven indiana que al ver morir al cacique entró voluntariamente en la hoguera y de su carne incendiada brotó la Luz.

Algunos aseguran que determinadas personas son protegidas por la Luz de Yara. Entre estos afortunados, dicen que se encontraba el mismísimo general Fulgencio Batista, quien el 10 de marzo de 1952 pudo entrar en la fortaleza de Columbia sin que ningún enemigo lo reconociera porque la mítica luz lo hacía invisible.

Escrito por | Redacción TodoCuba

Patrocinado por: CubitaNOW - Noticias de Cuba