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La leyenda cubana del Pelú, el loco que maldijo a Baracoa para que nunca prosperara

Cada vez que en Baracoa sucede alguna desgracia sus habitantes le echan la culpa a la maldición del Pelú.



Cuentan que este agorero personaje apareció en Baracoa en la última década del siglo XIX. Su nombre era Vicente Rodríguez y había nacido en Poza, en La Coruña en el año 1857. Emigró a Cuba como la mayoría de los españoles en busca de fortuna, pero como a tantos y tantos de sus paisanos no le fue nada bien. Demasiado caritativo para los malos tiempos, se hizo misionero y acostumbraba regalar lo poco que tenía.

A Baracoa marchó precisamente para predicar la fe. Sin embargo, por su aspecto andrajoso, sus largas barbas, su revuelta cabellera y sus pies sucios y descalzos, vecinos de la primada de Cuba no lo tomaron por un “santo”, sino por un mendigo. Sin un peso en el bolsillo no le quedó más remedio que acudir a las almas buenas para que le regalaran algún plato de comida o una taza de café.

La mala gente, en cambio, le insultaba y le denigraba. Eso despertó la furia del Pelú que no concebía que pudiera existir un pueblo tan “desagradecido” y malvado como “Baracoa”. Un mal día los vecinos de la Primada, cansados de su andrajosa presencia lo apedrearon en plena vía pública y los expulsaron de la ciudad.

El infeliz mendigo fue conducido a la fuerza al muelle para montarlo en el primer barco que zarpara del pueblo con rumbo a cualquier parte. Antes de subir a bordo para perderse para siempre de la historia, el Pelú se encaró con los vecinos de la villa que se burlaban de él y les dijo estas proféticas palabras: “En Baracoa se harán muchos buenos planes, se generaran muchas buenas ideas, pero todas se desmoronarán, nada se le cumplirá”.

Fue esta maldición la retribución a todo el mal que le habían sometido. Los baracoenses quedaron impresionados con ella y con el tiempo han llegado a considerarla una verdad como un templo. Todavía hoy todo lo malo que le sucede a la Primada es culpa de la maldición del Pelú.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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