¿De dónde viene el refrán cubano “hay muchos Marcos Pérez en Buena Vista”?

domingo, 4 de febrero de 2018

Como tantos y tantos refranes cubanos la frase “hay muchos Marcos Pérez en Buenavista”, que tanto se repite a la hora de señalar que la culpa no debe recaer siempre sobre la misma persona, parte de un hecho real.

Cuentan que por allá por la década de 1930 del siglo pasado vivió en Buena Vista, Remedios, un señor amante de los bienes ajenos y la vida relajada llamado Marcos Pérez. Connotado ratero, cada vez que se perdía algo en el pueblo los vecinos lo señalaban como culpable y el acusaban a la Guardia Rural.

Un sargento de este cuerpo de apellido Muñoz se propuso acabar de una vez por todas con el problema y llamó a lo cortico a Marcos Pérez. No se sabe bien que tácticas de convencimiento utilizó el militar con el célebre caco, pero lo cierto fue que el pillo se recogió al buen vivir y por una temporada el pueblo disfrutó de una gran tranquilidad.

Muñoz, que estaba esperando la más mínima para recordarle el “pacto de caballeros” que había hecho con él, lo arrastró hasta la celda del cuartel y se fue para su casa a dormir plácidamente. Su plan era aplicarle otro correctivo a la mañana siguiente para seguir educándolo en las buenas costumbres. También mandó a descansar a los soldados, pues con Marcos Pérez en el calabozo no había razón para pasar mala noche.

Cuando, rayando el amanecer llegó el sargento a la entrada del cuartel se encontró tremendo barullo. Casi una veintena de vecinos juraban que durante la noche habían visto a Marcos Pérez robando sus cosechas y sus animales; incluso, un guajiro machete en mano le acusaba de haberse llevado a su hija adolescente.

El sargento de la Rural no se inmutó. Con tranquilidad se ajustó la pistola al cinto, colocó una pareja en la puerta y se dirigió a la celda. Allí, plácidamente, durmiendo la borrachera se encontraba todavía Marcos Pérez.

Cogió el militar al bandido por las solapas, lo incorporó como pudo, y lo llevó dando tumbos hasta la entrada del cuartel. Allí, frente a los guajiros asombrados, entornó los ojos y pronunció las palabras que, con el paso de los años, se hicieron célebres… “De estos Marcos Pérez, parece que hay muchos en Buena Vista”.