Descubre la extraña tradición un pueblo cubano que realizaba sus cortejos fúnebres en tren

jueves, 19 de abril de 2018

Han existido y existen en Cuba costumbres funerarias muy raras, resultado de la mezcla de razas y religiones que conforman nuestra nacionalidad; pero sí una destaca es la que por muchos años se practicó en el pequeño poblado de Manatí, en el Oriente de Cuba, que consistía en transportar los cortejos fúnebres en tren hasta el cementerio.

Así mismo, en Manatí los difuntos llegaban a su última morada a bordo del ferrocarril. Claro que antes los dolientes cargaban sobre sus hombros el féretro y lo llevaban por todo el pueblo para que amigos y conocidos pudieran darle su último adiós al finado. Todo dentro del más sepulcral y respetuoso silencio.

Cuentan los que esto vieron que la tradición de los “ferrofunerales” se remonta a la época en que la compañía azucarera fundó el central, allá por los albores del siglo XX; y que la empresa – que daba trabajo y vida al pueblo – ofrecía el transporte de los difuntos y sus familiares de manera gratuita y ponía a su disposición, rieles, locomotoras, vagones y maquinistas.

Todo transcurría de forma apacible y tranquila: A la hora acordada los deudos del difunto cargaban el ataúd por las calles y desde allí se dirigían a la estación del ferrocarril, donde puntual les aguardaba una locomotora que arrastraba tres vagones, uno de carga y dos de pasajeros. Primero se subía el féretro y las coronas al vagón de carga y luego los dolientes y sus acompañantes se acomodaban en los coches de pasaje.

El tren se ponía en marcha y en apenas cinco minutos llegaba al cementerio donde todos descendían, volvían a cargar el muerto y lo llevaban hasta la tumba donde descansaría por siempre.

Allí mismo concluía el “ferrofuneral” porque la locomotora no llevaba a los pasajeros de vuelta a la estación. Cada uno regresaba caminando a sus respectivas casas hasta el próximo difunto en que se volvía a repetir la tradición.

Hasta donde conoce el que estas líneas redacta, en ningún otro pueblo de Cuba existió ni existe una tradición semejante a los “ferrofunerales” de Manatí que se llevaron a cabo por años y que quedaron grabados en la imaginario popular del azucarero pueblo oriental.