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Cuidado con la punzá del guajiro… un malestar puramente cubano

En Cuba cuando alguien come algo muy frío y siente un dolor punzante en los dientes y las encías la gente dice que le ha dado la punzá del guajiro… Pero, ¿cómo llegaron los campesinos cubanos a atribuirse tan molesta dolencia. Bueno, la cosa fue más o menos.



Como todos saben en la Isla – con la excepción de unos pocos días invernales – la norma es que las temperaturas rocen la asfixia. De ahí que desde que los españoles trajeron la caña de azúcar y los indios les regalaron guayabas, piñas y papayas, los calurosos conquistadores tuvieran la brillante idea de preparar bebidas refrescantes que las más de las veces tomaban a temperatura ambiente o “bombas” porque no existía ninguna forma de refrigerarlas.

La situación cambió cuando los comerciantes comenzaron a importar hielo de los Estados Unidos y después montaron fábricas en la Isla para fabricarlo.

Con la aparición del hielo tuvieron los cubanos la posibilidad no sólo de enfriar los refrescos sino de fabricar helados. Tan populares se volvieron estos últimos que en los aires libres de las principales ciudades no había establecimiento decente que no se dedicara a su comercialización.

Luego, llegaría la luz eléctrica y con ella las neveras que posibilitaron otra invención criolla: el durofrío; que algún despistado descubrió cuando se le olvidó un vaso con refresco en el refrigerador y luego un listo complementó colocándole un palo para agarrarlo.

¿Y qué tienen que ver los guajiros cubanos con todo lo anterior?

Pues sencillo, todos estos adelantos llegaron a las ciudades cubanas mucho antes que las áreas rurales. De ahí que los sencillos campesinos que no estaban acostumbrados a consumir bebidas frías y mucho menos helados o durofríos sufrieran más que los citadinos un dolor punzante en los dientes al probarlos, provocando las mofas de los habitantes de la ciudad que comenzaron a llamar a la dolencia “punzá del guajiro”.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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