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Aipirí, la bellísima aborigen cubana que se convirtió en tatagua

Cuenta una antigua leyenda aborigen que Aipirí era la más hermosa de las doncellas que había existido en el territorio de Jagua. Presumida hasta el exceso gustaba de adornarse con conchas, zarcillos, pulseras de guanín y cubrir de flores rojas la larguísima cabellera negra.

Pretendida por uno de los más bravos guerreros de la aldea la joven accedió o casarse con él; pero pronto se aburrió de las tareas de una mujer casada y extrañaba las alabanzas, los placeres y los elogios que le dispensaban cuando aún era una joven casadera. Así que, a escondidas de su marido volvió a los placeres de las fiestas y los areítos.



Tras nacer su primer hijo la hermosa mujer se vio ante la disyuntiva de ser una buena madre o seguir con sus andanzas y optó por lo segunda. Ni el amor de su esposo, ni el instinto maternal podían apartarla del inmenso placer que le prodigaban el baile y el canto.

Escapaba cada mañana cuando su marido se marchaba a casar y regresaba poco antes de que este volviera. El niño, mientras, quedaba abandonado a su suerte llorando y pasando hambre; atendido sólo por la caridad de otras mujeres que se compadecían de él.

Llegaron otros hijos, pero ella siguió abandonando el bohío para tomar parte de los areítos.

Finalmente el llanto desconsolado de los niños llegó a oídos de Mabuya, dios del mal, que a pesar de su naturaleza se indignó con la dejadez de Aipiri y transformó a los críos en arbustos de guao, cuya pronunciación era muy semejante al llanto de los niños.

El guao estéril, venenoso y sus hojas y resina producen hinchazones y llagas al contacto.

Tras el mal hecho por Mabuya a los hijos de Aipirí el dios del bien decidió aplicar un correctivo también a la india y la convirtió en una tatagua o mariposa bruja, como también se le conoce en Cuba.

Por eso, cuando una tatagua entra en una casa nadie debe asustarse ni asumir que se trata de un mal presagio. Se trata sólo de Aipirí que visita a las madres para recordarles a las madres que nunca deben cambiar el sagrado deber de cuidar de los hijos por ningún rato de ocio o diversión.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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