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El Coco y el Viejo del Saco, dos leyendas clásicas del miedo infantil en Cuba

Se sabe que el miedo tiene varias fases, muchos tipos y no pocas maneras de manifestarse. Por cada una de ellas puede que exista un mito, o leyenda. Pero en cada mito o relato de terror y misterio, suele haber un reencuentro con nuestros miedos compartidos.



Hay miedos inyectados desde nuestra más tierna infancia, con los cuales se nos controlaba, atemorizaba y gobernaban.

El Viejo del Saco

Figura compartida del imaginario popular Latinoamericano, hace ya algún tiempo utilizada como recurso por algunos padres para infundir miedo a sus hijos y amedrentarles, con la finalidad de suprimir majaderías.

¡Por ahí viene el viejo del saco…! ¡Y te va a llevar, si no haces lo que digo…! Es posible que su origen esté fundamentado, en el mal aspecto de mendigos e indigentes que aun forman parte del paisaje urbano. Estos acostumbraban a portar sus pertenencias en una bolsa o saco. De manera frecuente, se trata de personas con problemas, generalmente sin hogar, ni familia que de ellos se ocupen. Donde muchos se han visto en situaciones tan desesperadas, que les obliga a vivir con lo encontrado en los latones de basura, todo lo cual guardan en sacos.

Quién sabe si al citarle con tal imagen, va dirigido al subconsciente del niño algún mensaje subliminal que le indica: “mira lo que puede pasarte, a esto puedes llegar (a convertirte como el viejo del saco), si no cumples con los principios elementales que ahora trato de enseñarte”. Así, cuando el viejo del saco “viene a llevarte”, te llevaría al lugar a donde van los “desobedientes”, “que no hicieron caso”, de aquellos preceptos y normas elementales para guiarse en la vida, por tanto, su tránsito por la existencia se torna miserable. Cómo explicar todo esto a un alma tan ingenua, si no es por medio del símbolo y la metáfora.

Algo indica al preceptor cómo lograr su rápida captación, a través del miedo. De la misma manera que algo indica al infante, que “ser llevado” por el viejo, es malo. El niño piensa en lo horrendo que sería, estar alejado de su medio y de los suyos.

El Coco

A diferencia del hombre del saco, el coco nunca tuvo rostro ni figura definida. Nadie conoce su apariencia, por lo cual, cada quién se lo imagina como sus miedos interiores lo proyectan en su imaginación. Lo que ha facilitado percibirlo como algo horrendo, aterrador y peligroso.

Las acciones terribles de “El Coco” casi siempre son dos, con ellas se ha venido amenazando a los niños desde siglos atrás: ¡Por ahí viene “El Coco” y te va a llevar…! O la otra, casi siempre infalible: ¡Si no obedeces, “el Coco” te comerá…!

Pasada la infancia, este personaje pierde totalmente su poder, cuando la vida nos despoja del grado de inocencia necesario para sucumbir ante aquella imagen inducida, y otras figuras del miedo nos llegan para ocupar su lugar.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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