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El arte de los piropos en Cuba

Cuba, dicen algunos, es un país «caliente», tanto en lo referido a su clima, típico de una Isla ubicada en el Trópico, bien cerquita de la zona ecuatorial; como al carácter de sus habitantes, notorio a nivel mundial por lo extrovertido, jocoso, emocionalmente explosivo y también apasionado en el decir y actuar. Cuando se hable del arte de decir piropos ocurrentes sin lugar a dudas hay que contar con los cubanos.



piropos en Cuba

Y tales características se han conjugado, a lo largo de nuestros siglos, para dar pie a una costumbre que, aunque ha evolucionado —o involucionado, dirían otros—, sigue formando parte de nuestra idiosincrasia: el arte de piropear.

Años atrás, los hombres demostraban su interés por una mujer, sobre todo con el lenguaje de los ojos, los poemas, las flores y otros obsequios; sutilezas amatorias que han ido a la zaga de nuestras costumbres, para dar paso a modos más espontáneos, francos y directos, especialmente entre los jóvenes.

Los ancianos los critican y hablan de pérdida del romanticismo. Los  más comprensivos aseguran que la vertiginosa velocidad a la que se mueve el mundo de hoy obliga a dejar atrás rituales de una época en la que se vivía sin apuros, olvidando, quizá, que el cortejo amoroso no entiende de prisas pues, casi con absoluta certeza, se puede afirmar que no ha nacido todavía la mujer a la que no le guste sentirse objeto de semejantes atenciones.

Pero el piropo es otra cosa. Se trata de palabras que nacen de improviso, en plena vía pública, ante el paso de una belleza que llama la atención porque, como dijo un jocoso bloguero:  «hay cubanas tan monumentales que merecen ser declaradas patrimonio de la nación».

En instantes como ese la razón temporalmente cede paso al entusiasmo y la lengua asume el control con ese ingrediente pícaro de nuestra cubanía para dar nacimiento a originalísimos comentarios que, por lo general, no se destinan exclusivamente al oído de la fémina, sino que se lanzan de modo que se entere todo el que por allí transita.

La práctica de piropear a las damas resulta más común en los ambientes citadinos que en los rurales. Quizá en esto influye el hecho de que «en el campo» existe un mayor respeto hacia la mujer, además de que en los pueblos pequeños los habitantes se conocen entre sí y podría ser mal visto el atrevimiento.

Los requerimientos básicos para piropear con éxito son simples: basta tener imaginación y buen gusto para cumplir el objetivo de llamar la atención de la muchacha, quizá arrancarle una sonrisa y, con suerte, hasta entablar conversación.

En cambio, la falta de delicadeza solo consigue muecas de desprecio, desinterés. Y, probablemente, alguna ofendida hasta se atreva a sonarle un bofetón al grosero…  porque de todo se ha visto en este mundo.

Las turistas en la isla se horrorizan cuando atraviesan las calles cubanas, y escuchan la avalancha de besos y halagos de los cubanos. Muchas mujeres que no son latinas jamás han sido expuestas a tales atenciones, que en muchos países son consideradas un grave acoso sexual.

Cuando van a Cuba, a algunas les gusta, y otras se ofenden. Pero una cosa es cierta, y es que a todas les encantaría entender que les acaban de gritar.

Sin pedir permiso en el ajetreo diario, irrumpe el piropo unas veces como guiño, otras como tímido susurro, y otras como gesto desbordado que asusta.

Se da en la Isla como ritual silvestre, casi siempre protagonizado por los representantes del sexo “fuerte”, herederos de una ascendencia ibérica en la cual danzan al unísono la galantería, el arrojo varonil y una imaginación que termina desarmando a las féminas.

A los hombres cubanos les encanta admirar a las mujeres cuando pasan. En la primera escena de la novela cubana, “Paraíso a lo cubano” empieza con un flaco diciéndole un piropo a una nalgona: “Mami, el país con tanta hambre, ¡y tú con tanta carne en esas nalgas!”, un piropo cubano muy típico -y apropiado- de la época del Período Especial en Cuba. Otro muy gracioso que seguro nació en esos mismos tiempos de carencias, fue: “nena, con esos ojos no necesito linterna cuando llegue el apagón”.

No cabe duda que los cubanos no son fan de las flacas “sin nada”. Hay muchos piropos que expresan lo loco que se vuelve un cubano ante las dotes colosales de un cuerpo de mujer. Mi preferido es “Mami, tú con tantas curvas y yo sin frenos”. Ese es una oda al cuerpo de la criollita cubana, a la cintura estrecha con caderas anchas que los vuelve locos. A la de las nalgas, las buenas nalgas. No en balde nuestro adorado banda nacional Buena Fe inmortalizó, a estas “joyas del baile”, como dice Israel Rojas, con una linda canción. “Estás como Santa Bárbara, Santa por delante y bárbara por detrás”. Pues este no requiere de explicaciones. Obviamente la inspiración, fue la misma que la de la canción de Buena Fe.

Algunos cubanos hasta te avisan hasta de peligros inminentes, como por ejemplo “Oye, cuidado con Eusebio Leal, que si te encuentra te declara Patrimonio Nacional”. Y si te gritan “Capitalista” por la calle, no te ofendas. Simplemente desajústate un poco la ropa, porque ese se refiere a un piropo que dice: “estas como el capitalismo, oprimiendo a las masas”.

Las cubanas caminan con “meneo”, de un lado a otro. Por eso, uno de los piropos más comunes de todos es: “Si cocinas como caminas me como hasta la raspita” y se les dice a las muchachas que se adueñan de la calle al caminar. La raspita es el arroz quemado que queda en el fondo del caldero. Y no te sorprendas si de pronto se hacen los enfermos, y de una esquina te gritan: “Oye, tú eres lo que me recomendó el doctor”.

Y si te dicen: “Mami, camina por la sombrita que el sol derrite los bombones”, es que al pasar volviste loco a este cubano. No solo te está llamando “dulce” sino también “deliciosa”. Y la estatura no importa. “El perfume bueno viene en frasco chiquito”, se les dice a las muchachas lindas de baja estatura. Es otra forma de decir, no eres alta, pero eres bella. Y no te sorprendas si regresan a la infancia y te dicen “mami, estás como la caperucita, ¡para comerte mejor!”

De pronto, hasta se vuelven religiosos. “Dios te guarde y me dé la llave”, es uno de esos rezos sensuales que a uno le toca oír. Y si estás de suerte hasta te bendicen “todo eso que Dios te dio, que San Pedro te lo bendiga, mujer”. Ante este no nos queda de otra que decir “gracias”, porque claro está que nos están dando la bendición. Y hay un piropo que, hasta quienes odian los piropos, les tiene que gustar: “Mami, como ha avanzado la tecnología, que hasta las flores caminan”. Si te dicen ese, no tienes de otra que sonreír.

Cuentan por ahí que a una cubana mientras caminaba su ciudad, un joven reparó en su vestido negro. “¿Está usted de luto?”, preguntó el zalamero. Y en un acto de audacia que las mujeres no suelen protagonizar cuando son piropeadas, lanzó ella su respuesta: “Sí, ando de luto”.

El provocador, para rematar, sacó su mejor espada: “Ya sabía yo que lo habías matado de tan linda…”, dijo; y se llevó su mejor premio: la sonrisa de una mujer tocada por la ternura.

Piropos tales son dignos de aparecer en el libro infinito de las buenas ocurrencias. Aunque en honor a la verdad es justo reconocer que a no pocos caballeros andantes se les va la mano, por no decir la lengua, y caen por falta de imaginación en una chapucería que asusta y que hace sentir a las muchachas como ninfas perseguidas por un fauno.

El cubano, que gesticula como si estuviera todo el tiempo sobre las tablas de un escenario, provoca la risa y hasta el desconcierto de los suyos cuando se lanza a piropear: algunos chiflan; otros se llevan las manos a la cabeza como quien ha visto una aparición o la caída de un meteorito. Y los hay que pueden caminar decenas de metros, en una carrera impertinente y desesperada, tras la presa deslumbrante.

Sigue siendo todo un suceso ese rejuego que no pasará de moda y que hará sentir al cubano como un señor de bombín y bastón, así ande en atuendos ligeros por los sofocos del trópico y los apuros de la modernidad.

El piropo, combinación que abre las cajas fuertes más insospechadas del espíritu, seguirá dando luces a la suerte de este mundo nuestro donde las ilusiones, los sentimientos y lo sensitivo se mezclan hasta dar un tono de vivacidad único, inconfundible, estallante y hasta salvador.

Estas composiciones desenfadadas, atrevidas, picantes; a veces de gran carga humorística, otras de una belleza que las hace hasta poéticas y que en ocasiones también pueden llegar a ser vulgares, forman parte de la idiosincrasia nacional, matizan la trajinada vida cubana y le añaden ese componente pintoresco y auténtico que la hace tan atractiva.

Por lo general son los hombres quienes los lanzan como anzuelo para la conquista, mientras el orgullo femenino de la mujer se regocija al sentirse admirada y deseada.

Incluso la calidad del piropo es un indicador de lo que evoca la apariencia del piropeado: puro deseo, admiración, respeto. Pero es justo aclarar que también las féminas se están haciendo eco de ellos y dejan a los varones normalmente desconcertados.

Otra cuestión que valdría la pena destacar es la notable diferencia existente entre los piropos de hoy y los que escucharon nuestras abuelitas. Si con fórmulas elegantes y poéticas a ellas se les comparaba con la belleza de las flores, la gracia de las palomas y la dulzura de la miel; hoy es más probable que los varoniles requiebros establezcan analogías con componentes tecnológicos, automotores e, incluso, obscenos.

Y es que la pérdida de valores como la cortesía y el respeto hacia nuestros semejantes han influido en la agresividad verbal entre hombres y mujeres. Para botón de muestra basta prestar atención a la letra de las nuevas tendencias musicales que se difunden actualmente en los espacios públicos, la radio y la televisión. No resultará sorpresa para nadie que, dentro de 20 años, las nuevas generaciones de piropeadores asalten el oído de las damas del futuro con frases al estilo “Indisciplinada, vamos a jugar al 69”.

A continuación te presentamos una selección de algunos de los piropos más conocidos y populares, en la que incluimos otros no tan escuchados, pero que por su elegancia vale la pena conocer.

 

“Si cocinas como caminas me como hasta la raspita”.

“Mami, si San Lázaro te ve, suelta las muletas y sale corriendo.”

“Verdad que el perfume bueno viene en frasco chiquito”.

“Niña, si la policía te coge te pone una multa por exceso de carne en el maletero”.

“Cariño camina por la sombrita que en el sol se derriten los bombones”.

“¿Crees en el amor a primera vista o tengo que pasar de nuevo?”

“Papi estás como el morro, viejo pero interesante”

“Dios te guarde y me dé la llave”

“Señora vaya con Dios, que yo voy con su hija”

«Señora, usted está como los almendrones, de uso pero en buen estado»

«Niña, Si el sol pudiera mirarte, nunca sería de noche»

“Si la belleza fuera pecado usted jamás iría al cielo”

“¡Le ronca al mango mama! tú con tanta carne y yo pasando hambre”

“Mima me tienes como carrito de helado, vacío y loma abajo”

“Tú con tantas curvas y yo sin frenos”

«Ay bebé, quién fuera helado para derretirme en tus labios»

«¡Mi vida con esos ojos nunca pasaré apagones!»

«Oye linda, ¿ya empezó la primavera? porque eres la primera flor que veo

“Mami, estás como la langosta: eres cola na’ma’”

“Mamita estás como Santa Bárbara, santa por delante y bárbara por detrás”

“Niña, estás como la quincallita, chiquitica pero bien surtidita”

“¡Niña! estás como me la recetó el médico”

«¡Mami, te comería con ropa y todo aunque estuviera un mes cag**do trapos!

“Si tus labios fueran leche y los míos, arroz, tremendo arroz con leche formaríamos tú y yo”

“Eres tan dulce, que sólo con mirarte engordo”

“Mami me tienes como la pizza: caliente y chorreando queso”

» Niña con la salsa que tiene y lo guanajo que soy hacemos tremendo fricasé»

«Mami como quisiera ser queso para embarrarme con tu dulce de coco»

«Caballero pero de qué mata se cayó ese mango?

“Quisiera tirarme del trampolín de tus ojos para caer en la piscina de tus labios.

«Bendito el tornero que hizo tus curvas»

«Con una mujercita así, nunca más me subo al barco» (un marinero)

“¡Cómo avanza la tecnología… porque hasta las flores caminan!”

“Hay cubanas tan monumentales como tú que merecen ser declaradas Patrimonio Nacional”

«¿De dónde tu saliste muñeca, del Museo de Bellas Artes?»

“Desde que vi tus ojos verdes me convertí en ecologista”

Hombre: “mi vida ¿tú te llamas Alicia?” Mujer: “yo no, por qué”. Hombre: “porque una mujer como tú, solo puede venir del país de las Maravillas”

Un grupo de hombres está conversando, pasa una mujer hermosa, uno detiene la conversación y dice: “Caballeros, un momento de silencio, vamos a esperar a que pase el comercial”

Hombre: “¿Se quedó abierta la casa de las muñecas?” Mujer: “¿Por qué?” Hombre: “¿Tú no te escapaste de allá?”

«Niña estás como el Poder Popular: tienes de todo y no das ná»

«¿Bebé, tu mamá es profesora de Español? ¡Porque no tienes ni una falta de ortografía!»

«Mami, estás como el capitalismo, oprimiendo a las masas»

«Muñeca, cuando te hicieron se rompió el molde porque no hay otra como tú»

«Niña, si me baño en esa playa, me salo pa’ toda la vida»

«Bebé, tu mamá seguro es dulcera, porque un bombón como tu no lo hace cualquiera»

«Con esos dos cocos y este tabaco hacemos tremenda brujería»

«Chiquita que linda eres con tus ojos de azabache estoy metido contigo como un camión en un bache»

«Mami quisiera ser el berraco que goza en el corral de tu corazón»

«Apuesto que hoy dormirás con los ángeles y soñarás conmigo, pero un día dormirás conmigo y soñarás   con los ángeles (si es que duermes)”

“Mi cielo por casualidad tus padres son militares
chica: ¿por qué?
porque pareces una dinamita”

“Bendita sea la oveja de donde salió la lana para coser la sotana del cura que te bautizó”

«Perdón, ¿no estás algo cansada? -No, ¿por? -Porque estuviste dando vueltas en mi cabeza todo el día. »

«¡Uy, qué perro más encantador! ¿Tiene número de teléfono? »

«Mañana… ¿Te despierto con el codo o con el teléfono?”

«¿Te estudio o te trabajo?”

«Bonitos pantalones, quedarían muy bien en el suelo de mi dormitorio. »

«Discúlpame… ¿Tienes hora?… es que se me paró cuando te vi. »

«El médico me prohibió levantar cosas pesadas… ¿Me ayudas a hacer pipí?”

«Hola, soy nuevo acá, ¿me puedes decir dónde queda tu apartamento?”

«¿Te importa si compartimos el taxi hacia mi casa?”

«Perdí mi n número de teléfono, ¿me das el tuyo?”

Si has ido a Cuba y te sabes un piropo que no tenga en esta lista, déjanos saber, que lo agregamos.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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