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Sambumbia, la bebida cubana que fue más famosa que el daiquirí

Antes de que se estableciera la primera fábrica de ron en Cuba o llegara el hielo a revolucionarlo todo en la isla, reinaba en la preferencia de sus habitantes su majestad la sambumbia. Tanto que en 1763, apenas recuperada La Habana por los españoles, lo primero que hizo el nuevo gobernador Conde de Ricla fue establecer un impuesto de un real sobre el barril de esta bebida.



Se preparaba (y aún se prepara la sambumbia) con miel de caña y agua. Se originó en los ingenios y fue muy popular entre los esclavos que encontraban en ella la fuerza para el agotador corte. Algunos le agregaban ají picante; pero a la mezcla resultante se le conocía como frucanga.

Como se trataba de una bebida que cualquiera podía preparar con facilidad, con el tiempo se le llamó sambumbia a cualquier bebestible elaborado a la carrera y de cualquier manera.

Tan extendido llegó a ser en Cuba el consumo de la sambumbia que cronistas como el novelista Cirilo Villaverde se tomaron el trabajo de legarnos su origen etimológico. Según el autor de Cecilia Valdés el nombre de la bebida se lo dieron los negros africanos. Fundamentaba su tesis en que el fonema “mbi” significaba “malo” o “desagradable”; una opinión en la que luego coincidiría el sabio Fernando Ortiz.

Con el paso del tiempo el consumo de la sambumbia se fue haciendo menos frecuente en Cuba hasta desaparecer casi por completo. En ello influyó, sobre todo, la extensión del consumo del aguardiente, el ron y la cerveza y la llegada a la isla del hielo, con el que se podían elaborar helados y refrescos para mitigar el calor tropical.

Sólo quedó en los habitantes de la isla el recuerdo de que era desagradable y barata y por eso hoy se le llama sambumbia a cualquier porquería aguada que pretenda pasar por licor o refresco. Mal final para la que un día fue en Cuba más famosa que el daiquirí.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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