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La ‘doble carta’, el invento de muchos restaurantes privados cubanos que muestran precios y ofertas distintas si eres cubano o extranjero

El pago de comisiones y la existencia de la doble carta son tendencias que se están extendiendo en la gastronomía cubana. En diversos lugares los propietarios pagan una comisión, generalmente de alrededor de 5 CUC, por cada comensal que alguien le gestione o incluso en ocasiones por cada plato principal solicitado. Hay quienes han convertido este pago en una fuente de ingresos habitual y salen a la caza de comensales para recomendarles “desinteresadamente” lugares ideales para ir a comer.



Esa acosadora cordialidad, que para algunos visitantes resulta hospitalaria mientras para otros solo constituye una fuente de alarma, se ha convertido un toda una estrategia de mercado pactada entre los propietarios y los persuasivos consejeros. Los acuerdos se hacen a espaldas del cliente, quien jamás se entera del asunto. Así sucede en paladares como Gringo Viejo, donde ofrecen comisiones de 5 CUC y 10 CUC, en Vistamar de 5 CUC a 8 CUC y en algunas como el Café Tilín, El Guajirito y otras muchas donde el trato se efectúa solo personalmente.

En el caso de la doble carta, esta generalmente consiste en ofrecer las mismas propuestas gastronómicas en dos cartas, una con precios más elevados que la otra. En las provincias, sobre todo, se estila presentar una en CUC para los extranjeros y otra en CUP con precios más cercanos al bolsillo cubano, aunque al final tratan de embaucar a todo el que puedan con la variante más cara. Otra variante de dicha dualidad resulta la oferta de un menú más surtido con mayor calidad y, por supuesto, más costoso que el otro.

En general se ofrecen platos convencionales, donde la ausencia de creatividad está presente, fundamentalmente en la supuesta carta para cubanos…

Aunque esta es una artimaña utilizada a nivel internacional para garantizar clientela, no deja de ser una estafa enmascarada de generosidad que se suma a las tendencias que están afectando la imagen de nuestra gastronomía. Sin embargo, muchos son los establecimientos que rechazan esas estrategias porque simplemente no dan abasto con su asidua clientela. En restaurantes como La Guarida y Café Boutique Jaqueline Fumero, por sus altos precios, ofrecen descuentos de hasta 20 % a los cubanos.

A propósito de la temática, vale preguntarse cuánta verosimilitud tienen los restaurantes que como Santy o Doctor Café ofertan sus platos a través de sus dependientes, sin que exista una carta palpable, o los que como Iván Chefs Justo utilizan la vía de las pizzarrillas, no siempre bien visibles. La realidad es que este es un tema con muchas aristas, que en especial debe ser reconsiderado por las paladares que sobreviven a base de artificios, si de veras aspiran a consolidar negocios donde la prosperidad y la integridad vayan de la mano.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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