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La Casa de la Cerveza de Trinidad, un alto en el camino que bien vale la pena

La Casa de la Cerveza de Trinidad es un atractivo establecimiento de la ciudad de Trinidad por el que bien vale la pena hacer un alto cuando se disfruta de un paseo a pie por la colonial villa del centro del país. Allí los clientes, además de disfrutar de una refrescante cerveza pueden adquirir alguna de las famosas artesanías que se comercializan en el lugar.



Enclavada en medio de las ruinas del desaparecido teatro Brunet, en los ladrillos rojos de los muros del establecimiento se pueden encontrar grandes tapas de cerveza con simpáticas sentencias dedicadas al “arte de beber” como  “Me merezco una borrachera, donde se me borren hasta los contactos del teléfono”.

Los empleados de la Casa de la Cerveza son amables y atienden a su clientela que se acomoda en los bancos de madera mientras bebe a ritmo de algún conjunto musical de pequeño formato que siempre está, sin importar la hora del día o de la noche.

En las paredes de este “pub criollo” se puede seguir la historia de la cerveza en Cuba.

Una pancarta explica que toda la cerveza que se consumió en la Isla hasta 1762 (cuando los ingleses tomaron La Habana y legalizaron su comercio) entró de contrabando desde Jamaica. No sería hasta 1841, cuando Juan Manuel Asbert y Calixto García, comenzaron a producirla en una fábrica situada en San Rafael y Águila en La Habana que nacería la cerveza cubana.

Estos empresarios pillos trataron de elaborarla con el jugo de la caña de azúcar, pero el resultado fue un brebaje horrible que no había dios que se lo tomara. Desde entonces tuvieron que contentarse con embotella el líquido importado en barriles desde el exterior.

En 1883 se instaló una fábrica en Matanzas, pero tampoco tuvo éxito. Por suerte para los industriales y mala suerte para los comerciantes, el alza de los impuestos a los productos de importación finalmente hizo rentable la producción de cerveza nacional y así surgió La Tropical en Puentes Grandes, que fue la primera cervecería cubana.

De productos de baja calidad que no podían competir con las cervezas importadas, Cristal, Polar y luego Hatuey evolucionaron hasta convertirse en cervezas de primer nivel preferidas por los cubanos por encima de cualquiera.

Hoy de ellas en la Casa de la Cerveza de Trinidad los turistas sólo pueden apreciar las bondades de la Cristal (que desde hace mucho ya no se produce en La Habana) junto a otras marcas importadas. Pero eso no es lo más importante… lo esencial es el alto en el camino, y la pausa que refresca.

 

 

Escrito por | Redacción TodoCuba

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