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El curioso invento casero de un cubano para producir croquetas en masa y que «estuvieran bonitas» para vender (+ Fotos)

Lo único que le interesaba a Tomás Ordóñez de las croquetas era que estuvieran bonitas. La culpa era de su Lucía, su esposa, que le ponía cualquier cosa en el plato. Lo que ella elaboraba podía pasar por cualquier cosa pero forma de croquetas no tenían. Así que un día Tomás se aburrió de “comer feo” y le echó en cara a su mujer que sus croquetas no servían para nada.



Si su esposa no hubiera sido cubana posiblemente no hubiera pasado nada; pero a una criolla no se le critica la comida así como así. A Tomás su atrevimiento le costó tremenda bronca y al final su mujer le dijo la clásica: “si las querías rápido y bonitas las hubieras hecho tú”..

Ante el riesgo real de no volver a ver una croqueta en su plato, Tomás se sumió en profundas maquinaciones y por fin, después de varios días, se le ocurrió la solución para su dilema.

Máquina artesanal para hacer croquetas

Tomó la boca de un botellón plástico y se lo adaptó a la máquina de moler carne; una solución que ya existía en muchos lugares. Sin embargo, si bien esto resolvía el problema de la forma de la croqueta, el procedimiento de elaboración resultaba demasiado lento y Tomás quería demostrarle a su mujer que se podían hacer más croquetas en menos tiempo.

Máquina artesanal para hacer croquetas

La solución llegó de manos de una vieja turbina VIDA 4 que tenía abandonada en el cuarto de desahogo. Le adaptó una polea que hacía girar una rueda de bicicleta que sustituyó a la máquina moledora. Con su maquinaria artesanal Tomás logró obtener seis croquetas en 11 segundos… Suficiente para darle a su mujer en la cabeza.

Máquina artesanal para hacer croquetas

Con la solución al dilema matrimonial llegaron también los pesos. Tantas croquetas perfectas, al menos en la forma, no se podían desperdiciar y Tomás y Lucía decidieron venderlas. Ahora gracias a ellas entra otro salario en la casa que permite ir sobreviviendo.

Máquina artesanal para hacer croquetas

El único problema que tiene ahora el matrimonio es qué echarle a la masa de la croqueta para mantener el ritmo; pero ese lo tiene todo el mundo en Cuba y por más que Tomás se sienta a pensar no se le ocurre la solución.

Fuente: El Toque

Escrito por | Redacción TodoCuba

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