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Crece la exigencia popular: piden cancelar ‘Con Filo’ en medio de la solicitud de más fondos de Michel Torres

En medio de la compleja crisis social y económica en la isla, el espacio televisivo “Con Filo” y su presentador, Michel E. Torres Corona, se encuentran en el centro del debate público tras recientes declaraciones. Torres lamentó en sus redes sociales la falta de recursos para mantener a flote el programa, pero estas quejas han sido recibidas con un escepticismo generalizado entre los cubanos, quienes en lugar de mostrar empatía, han intensificado su llamado a que el programa sea retirado del aire.



El presentador compartió en Facebook su preocupación por la escasez de recursos que enfrenta, pero lejos de conectar con la audiencia, sus palabras fueron interpretadas como un intento de desacreditar a periodistas y creadores independientes, a quienes acusó de distorsionar la realidad cubana por intereses ajenos al país. Lejos de aminorar la polémica, la insistencia de Torres en esta narrativa solo sirvió para alimentar el rechazo hacia el espacio y su financiamiento con recursos estatales.

En redes sociales, muchos cubanos expresaron su inconformidad, calificando «Con Filo» de innecesario e incluso ofensivo en la situación actual del país. Sobre todo, se hacen oír críticas por el uso de fondos públicos en lo que consideran propaganda, en vez de destinar esos recursos a sectores verdaderamente vitales como hospitales, alimentación o la adquisición de medicamentos. Comentarios como “ese programa no lo ve nadie” o “hay cosas mucho más urgentes que financiar” se han vuelto recurrentes.

La distancia entre el discurso del presentador y las necesidades reales del pueblo se hizo aún más notoria cuando, irónicamente, Torres comentó sobre la posible imposibilidad de continuar transmitiendo su programa por la falta de recargas móviles, mientras que muchos ciudadanos, sin acceso a tales recursos ni a una tribuna mediática, enfrentan dificultades mucho mayores cada día.

En lugar de promover una verdadera autocrítica, el programa y su conductor se mantienen aferrados a una postura oficialista y excluyente, tildando de «enemigos» a quienes disienten desde el espacio independiente u opinan diferente en plataformas digitales. Para la mayoría, la verdadera problemática radica en la persistencia de una maquinaria propagandística que no soluciona los desafíos cotidianos.

Con ello se consolida una tendencia: en un escenario de carencias extremas, los espacios oficialmente financiados y dedicados a la propaganda política pierden cada vez más legitimidad frente a las demandas ciudadanas. La voz popular ha sido contundente: si hay que ahorrar, muchos señalan que lo primero debería ser eliminar aquellos programas que la mayoría considera superfluos.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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