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Campaña de American Eagle con Sydney Sweeney provoca debate global sobre racismo y representación



Una reciente campaña publicitaria de la marca American Eagle, con la actriz estadounidense Sydney Sweeney como protagonista, ha provocado una ola de controversia en las redes sociales a nivel internacional. Las imágenes y el eslogan, que juega con las palabras “jeans” (pantalones) y “genes” (material genético), impulsaron un debate sobre racismo, ideales de belleza tradicionales y representación en la industria de la moda.

En el centro de la discusión se encuentra la elección de Sweeney, famosa por su cabello rubio, piel clara y ojos azules, como imagen de la campaña. Para muchos observadores, el guiño entre ‘genes’ y ‘jeans’ no ha pasado desapercibido, ya que consideran que implica una exaltación de variantes eurocéntricas de belleza, tocando así fibras sensibles sobre identidad y memoria histórica.

El debate se encendió aún más cuando algunos usuarios en Instagram calificaron la campaña de “nazi”, señalando que, para ellos, la publicidad parece remitir a ideas de superioridad racial del pasado. Para algunos críticos, la principal problemática radica en transmitir el mensaje de que ciertos rasgos son considerados “los mejores genes”, lo cual, argumentan, puede impactar negativamente en la autoestima de niños y jóvenes que no encajan en ese estereotipo.

Sin embargo, no toda la opinión pública condenó la campaña. Hubo quienes defendieron el derecho de realzar cualquier tipo de belleza sin que ello implique racismo, alegando que la polémica es una reacción exagerada, alimentada por una lectura excesivamente ideológica que impide apreciar la campaña por su valor estético. Incluso usuarias negras se pronunciaron en redes sociales afirmando que admirar la belleza de Sweeney no las hace sentir menospreciadas.

El enfrentamiento entre bandos no tardó en politizarse, con mensajes que acusan a los críticos de “progresistas” o “wokes”, y otros que se mofaban abiertamente de la polémica. Lamentablemente, también surgieron expresiones racistas y xenófobas en la sección de comentarios, revelando que la discriminación permanece latente en muchas discusiones digitales.

Al margen de las posturas polarizadas, algunos participantes en la conversación resaltaron que el asunto no se reduce a la persona que aparece en la campaña, sino al trasfondo del mensaje que transmite y su influencia en los modelos de belleza predominantes en la sociedad. Comparaciones con campañas protagonizadas por artistas como Beyoncé para otras marcas acentuaron la percepción de un doble estándar.

Por otro lado, hay quienes apuntan que escenarios como el actual desvían la atención de crisis más graves, y restan importancia a lo que consideran una controversia artificial. Sin embargo, para otros, este tipo de campañas son una oportunidad de examinar el papel que juegan las grandes firmas en la formación de imaginarios colectivos y estereotipos sociales.

Indiscutiblemente, la campaña de American Eagle con Sydney Sweeney va más allá de la promoción de prendas: ha salido a la luz como un detonante de las problemáticas de fondo que involucran racismo estructural, memoria histórica y la construcción mediática de la belleza. Las redes sociales, una vez más, se convierten en el escenario donde estas tensiones se enfrentan y persisten.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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