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Animación cubana rescata la voz de Luis Carbonell para conquistar a nuevas generaciones

La televisión cubana acaba de sumar una propuesta singular a su reciente programación cultural: «Acuarelas en movimiento», una serie animada que vuelve a colocar en escena al legendario Luis Carbonell, una figura indispensable del arte oral isleño. A través de microepisodios de entre dos y cuatro minutos, el inolvidable Acuarelista de la poesía antillana transita una vez más por los hogares cubanos, esta vez convertido en protagonista de coloridas animaciones diseñadas para el público actual.



Inspiradas en grabaciones originales del artista, las viñetas exploran desde célebres obras como «Pico Rico Mandinga» hasta relatos costumbristas y humorísticos llenos de lirismo y sensibilidad afrocubana. Según explica la directora del proyecto, Laura Méndez, la clave ha estado en honrar la expresividad de Carbonell: “Para nosotros era esencial no caer en la tentación de modernizar su esencia con artificios visuales. Buscamos una animación que acompañara y realzara el poder de la palabra y la voz, cuidando cada matiz y ritmo de su declamación”.

El desarrollo de esta serie nace de la colaboración entre jóvenes talentos del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y estudiantes del Instituto Superior de Arte (ISA), unidos por el objetivo de acercar la obra de Carbonell a las generaciones que no llegaron a conocerlo en vida. La propuesta opta por una estética rica en ritmo, teatralidad y simbolismo afrocubano, sincronizando imágenes y movimiento con la musicalidad de la narración oral, pero sin restarle protagonismo al valor intangible de la voz original.

Uno de los aspectos más aplaudidos por la crítica y el público ha sido el respeto mostrado hacia la herencia del declamador santiaguero: se evita el maquillaje digital para atender la carga emocional de cada verso y dotar a las animaciones de una identidad genuina, lejos de modas efímeras. La acogida de la serie ha sido favorable no solo en la pantalla chica, sino también en redes sociales, donde los episodios acumulan comentarios cargados de nostalgia y gratitud por devolver al presente una figura tan admirada.

Luis Carbonell, cuya muerte en 2014 dejó un importante vacío en el arte narrativo cubano, se revela en esta serie no solo como un declamador impecable, sino como un auténtico intérprete escénico y cronista de la vida popular. El recurso de la animación abre nuevas puertas a la transmisión del patrimonio cultural, demostrando que, si logra sintonizar tradición y creatividad, lo intangible sigue vivo para quienes quieran escucharlo y reinterpretarlo.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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