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Alina Robert, una joven que salió de Cuba hace 15 años y ha triunfado en Miami

En 2021 Alina Robert La Habana 1986 tuvo que meterse en la piel de la beata Patria Mirabal una de las famosas hermanas que desafiaron al dictador Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana para la serie de Netflix ‘El grito de las mariposas’; antes de “montarse” en peluca uñas tacones y “toda la parafernalia” de Sara La Cubana a quien interpretó en ‘Farándula la película’ la ópera prima del actor y director de teatro Jazz Vilá.

Aunque reconoce que ir de un personaje a otro que “representaba física y culturalmente todo lo contrario” fue un regalo “tremendo” la actriz que no poco ha cambiado desde que hace casi una década desfiló por la pasarela del reality show Nuestra Belleza Latina como finalista confiesa que le “costó trabajo pero trabajo”.



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Recuerda que estaba regresando de Colombia cuando Jazz la llamó para que protagonizara la adaptación cinematográfica de ‘Farándula’ que está considerada la obra más taquillera de las últimas décadas del teatro en Cuba. Para Alina que ya había sido Sara sobre las tablas de la isla fue “un lujo muy rico” grabar durante diez días en Miami dirigida por quien además es su amigo.

Si bien Alina no asistió al estreno de ‘Farándula’ en la pantalla grande que “con éxito” tuvo lugar recientemente en Cuba espera con ansias que “pronto” pueda ponerse en Miami porque le han contado que su personaje “gustó muchísimo”.

Además la también modelo y presentadora que hace 15 años cruzó la frontera sur de Estados Unidos con las ganas de ser actriz guardadas en una maleta pasó una parte del año pasado siendo una de las presas políticas encarceladas en Cuba por plantarle cara al castrismo. Así con ‘Plantadas’ una cinta del cubano Lilo Vilaplana Alina tuvo una de las mejores oportunidades de cuantas se ha ganado para probar sus cualidades artísticas en suelo norteamericano.

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No poco ha cambiado en ella desde que acaparó planos estelares dentro de la televisión latina en Estados Unidos pero su esencia permanece intacta. Mujer sensorial donde las haya Alina cree en sus corazonadas que le “dan” “todo el tiempo”. No obstante con la madurez de sus 36 años analiza con más detenimiento lo que la rodea. “Cuando tengo una corazonada hago como dice mi mamá me pongo en un ladito hasta que se me pase. Y generalmente ese ladito es mi oportunidad de pensar”.

Finalista de ‘Nuestra Belleza Latina’ en 2014 has reconocido que fueron muchos los momentos difíciles. ¿Cómo hiciste tú para moldear esa tensión y convertirla en superación y energía positiva?

Lo primero que le digo siempre a quienes me piden referencias de los concursos y de mi paso por ‘Nuestra Belleza Latina’ es que uno puede hacer lo positivo teniendo clarísimo qué es lo que quieres hacer con eso. Cuando tú sabes cuál es tu puerto o tu destino estás haciendo cosas desde antes para prepararte para esa oportunidad y para tomar lo mejor. El show era sumamente agotador eran muchas horas de trabajo era mucho el sacrificio de energía y eran muchas las cosas nuevas para mí y para el resto de las muchachas que estaban siendo parte de ese show de entretenimiento. La televisión nos enseñó que si nos gustaba podíamos seguir haciendo. Es una prueba de lo que la convivencia sobre todo me enseñó mucho: el lidiar con otras venía que era mucho trabajo. Pero uno saca siempre lo mejor y nacionalidades otro vocabulario otra forma de pensar otra idiosincrasia. Trato siempre de tomar eso como crecimiento.

¿Cómo definirías tú a la mujer en la que te has ido convirtiendo según has ido madurando? ¿Es muy diferente a la concursante de un certamen de Belleza?

Mi temperamento ha cambiado. Soy mucho menos volátil. Yo siento que hoy soy una mujer más madura. Entiendo las situaciones y las circunstancias ya no son blancas o negras. Trato de verles los matices y el por qué a las cosas. Me he convertido en una persona que analiza mucho más la psicología humana el comportamiento también gracias a la actuación.

Te has referido a que estudiaste mucho para llegar a planos estelares de la televisión hispana como actriz y presentadora. ¿Son más puertas las que se han abierto por tu preparación que por tu cara bonita?

Le debo la mitad a Nuestra Belleza Latina. Porque una mitad fue la preparación pero la otra mitad fue la exposición. Lo bueno de esa preparación es que terminó el show y a diferencia de otras concursantes a la que también les dieron la oportunidad y no estaban preparada yo me quedé trabajando en ‘Sábado Gigante’ y fui una de las presentadoras que cerró el show junto a Don Francisco. Yo estuve preparándome desde mucho antes de entrar al concurso. Poco a poco la gente me fue conociendo los productores me reconocían y las cadenas se interesaran y dijeran: “¿Quién es esta muchacha?”.

“La otra parte de la moneda fue que el estigma de la belleza me persiguió y debía probar que era algo más que una presentadora de televisión donde el canon y el prototipo de belleza está totalmente cuadriculado: el pelo las uñas el maquillaje y la ropa. Eso tiene que ser una pinta completa. Pero en el teatro no. Allí hay ensayos a los que uno llega desarmado porque llegas para armar el personaje. Entonces quitar ese estigma de quienes dicen “no ella no va a poder lograrlo porque está muy acostumbrada a las extensiones y las pelucas.

Además de kickboxing ¿qué otra práctica es parte de tu vida cotidiana?

Pasear a mis dos perras que son grandes de 60 libras. Estaban hace poco persiguiendo a una ardilla y tuve que agarrarlas fuerte. Ya con eso no necesito ejercicio ni crossfit.

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Has dicho que podría pensarse que el castigo al que han sido sometidas las presas políticas en Cuba podría parecer el que se les da a una asesina sin embargo solo se les ha castigado así solo por pensar diferente. ¿Qué fue lo que más te marcó de haber interpretado a una de ellas en ‘Plantadas’?

Me marcó mucho las diferencias en las libertades. Las libertades en este país abarcan el sentido de la palabra. Me chocó mucho sobre todo la libertad de expresión: hay tanta diferencia de opiniones de puntos de vista de partidos. Tienes la libertad de opinar y de ofrecer un discurso que representa tu ideología y luego te sientas a confrontarlo con tus detractores tus amigos los curiosos.

Llevas más de una década fuera de Cuba. ¿Era entonces éste un tema nuevo para ti o es algo que conociste mejor después de emigrar?

Es como cuando a un niño le dicen que no puede salir al portal o que hable bajito y sabe que si lo hace podría haber un problema. Yo salí de Cuba hace 15 años pero entonces no había WhatsApp ni teléfonos tan inteligentes ni acceso a las redes sociales ni al punto de comparación. Cuando estaba en Cuba yo sabía que había que hablar bajito de política por ejemplo y no dar una opinión real. Fue una realidad que descubrí estando del lado de acá porque yo no sabía por qué había que hablar bajito. Era algo que yo desconocía y gracias a lo cual lloré mucho pero también entendí mucho y me avergoncé mucho.

¿De qué te avergüenzas?

Del dolor que somos capaces de hacernos los humanos entre nosotros mismos. Yo me ilusiono de lo hermoso que sería que todo el mundo pudiera tener un pensamiento homogéneo y responder a los mismos intereses.

¿Hasta qué punto los personajes que has interpretado de mujeres que se oponen al poder y a la injusticia es una forma de defender el respeto por el otro también en tu vida cotidiana?

He tenido la suerte de interpretar estos personajes que me han marcado y que existieron en la vida real por lo que es un compromiso tremendo. Yo no escogí estos personajes sino que llegué a ellos a través de las audiciones y agradezco esta oportunidad porque he descubierto un nuevo universo de situaciones reales de las que yo estaba completamente alejada: ya fuera la de las presas cubanas plantadas como la de las hermanas Mirabal en República Dominicana. Ambas partes enfrentándose a un poder que como decimos es una pelea de león a mono y con el mono amarrado. Las hermanas Mirabal murieron como tantas personas han muerto en Cuba a raíz de la propia política.

A pesar de haber salido hace muchos años de Cuba ¿te sigue afectando lo que pasa allí?

Claro me identifico muchísimo. Es algo que es incontrolable el sentimiento de cubanía. Recuerdo que el 11 de julio fue sumamente emotivo aquí y más allá de lo que estaba sucediendo porque cortaron el internet en La Habana no había mayor información que la que se podía ir filtrando hasta que después pasaron los días y toda la información salió. Pero recuerdo que el 11J todos los cubanos que yo recuerdo conocer se unieron en un grito de amor de esperanza por Cuba. La gente se veía y se abrazaba en un grito de solidaridad de hermandad de apoyo de “¿qué tú necesitas?” o “¿por qué tú sufres que yo estoy sufriendo por lo mismo?”.

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¿Qué puedes adelantarnos de la serie que has estado grabando con Palenque Pizzería y en la que participan muchos influencers a los que has guiado un poco porque no habían actuado anteriormente?

Esta serie que se va a llamar ‘Deleted’ y cuenta la historia de unos influencers en la ciudad de Miami que un día se levantan y se dan cuenta de que no tienen redes. Cuenta todo el problema que para ellos representa lo que para ellos desata las necesidades que ellos cubren a través de las redes sociales para mí fue muy interesante porque yo aprendí de ellos también porque el lenguaje de las redes es muy diferente al del cine o la televisión. Así me doy cuenta de que en la vida todo está por aprenderse que no tenemos la verdad de todo

Escrito por | Redacción TodoCuba

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