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Ulises Toirac critica la banalización de las desapariciones en redes: ‘La desconfianza está en aumento’

La reciente controversia por la misteriosa ausencia y posterior reaparición de un joven cubano ha generado un encendido debate en las redes sociales. Ante la ola de indignación, el reconocido comediante Ulises Toirac emitió un comentario que rápidamente ganó eco entre los usuarios, quienes expresan cansancio ante situaciones similares: casos que en primera instancia despiertan alarma y solidaridad, solo para convertirse posteriormente en una simple anécdota sin aclaraciones.



Toirac, quien reflexionó a través de Facebook, llevó la discusión más allá del caso puntual, abordando la responsabilidad de quienes tienen exposición pública. «La figura pública emana conducta», señaló, insistiendo en que el silencio del joven tras su reaparición representa una ruptura con la confianza de una comunidad entera que se movilizó en su apoyo. Para el humorista, esta falta de reciprocidad erosiona la confianza y pone en riesgo futuras respuestas ante auténticas emergencias.

El malestar colectivo se manifestó también en los comentarios de la publicación, donde decenas de usuarios coincidieron en calificar la situación como una falta de respeto hacia quienes, movidos por la empatía, comparten y multiplican búsquedas de desaparecidos reales. «Esto se ha vuelto un circo. Y la mala fe anda de juerga con la orquesta», sentenció Toirac, aludiendo al impacto negativo de este tipo de episodios en la credibilidad de las alertas legítimas.

Voces del público recordaron el viejo cuento del pastor mentiroso para advertir sobre el peligro de la indiferencia: si las falsas alarmas se vuelven costumbre, la próxima vez que alguien pida ayuda genuina puede que nadie reaccione. Algunos comentarios añadieron, con tono irónico, hipótesis variopintas sobre las motivaciones del joven, desde estar creando una nueva imagen hasta buscar llamar la atención.

Indistintamente de los motivos reales, el consenso señala el daño: cada caso ambiguo mina la credibilidad, afectando a quienes enfrentan circunstancias de peligro verdadero.

«Llegará el día en que, por culpa de estos casos, ignoremos una petición urgente pensando que es solo un truco», lamentó otra usuaria, reflejando el agotamiento predominante en un entorno digital que, si bien es sentimentalmente activo, también es susceptible a manipulaciones.

Las palabras de Toirac resuenan como una llamada de alerta: si la empatía se transforma en espectáculo, la sensibilidad social corre el riesgo de adormecerse. Su planteamiento no es simple reproche, sino una invitación a ejercer responsabilidad y ética, especialmente ahora que la inmediatez y el alcance masivo de las redes exigen equilibrio entre compasión y sentido crítico.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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