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Lina Luaces, hija de Lili Estefan, en el centro del debate por su designación como Miss Universo Cuba 2025

La reciente coronación de Lina Luaces como Miss Universo Cuba 2025, realizada el pasado 8 de julio en una gala en Hialeah, Miami, ha reavivado intensas discusiones tanto en redes sociales como entre la comunidad cubana expatriada. Con solo 22 años, la hija de la famosa presentadora Lili Estefan asumirá el compromiso de representar a Cuba en el prestigioso certamen internacional, que este año tendrá lugar en Tailandia.



La decisión de que Luaces lleve la banda cubana, apenas la segunda desde el retorno oficial de la isla al concurso en 2024, no ha estado libre de escepticismo. Críticas sobre la autenticidad de su vínculo con Cuba, su manejo del español y su ascendencia familiar influyente han eclipsado parte del reconocimiento a su logro. Varias voces han tildado su elección de «nepo baby», haciendo referencia directa al peso de su apellido y a las relaciones familiares con figuras como Gloria y Emilio Estefan.

Las reacciones en internet no se han hecho esperar, con comentarios cuestionando todo, desde su lugar de nacimiento (Estados Unidos) hasta la organización del evento, descrito por asistentes como «desordenado» y marcado por el favoritismo hacia ciertas concursantes allegadas a personalidades del espectáculo.

Recogiendo parte de este sentir, la periodista Celia Almeida del Miami New Times resaltó la intensidad del rechazo: «Las publicaciones sobre la ganadora cubana en Miss Universo han sido invadidas de comentarios negativos, cuestionando desde el idioma hasta sus raíces e incluso el supuesto privilegio de su familia».

Ante la ola de opiniones encontradas, Lina Luaces decidió pronunciarse tras el certamen, subrayando el esfuerzo dedicado a su preparación. Explicó que durante meses se enfrentó a extensas jornadas de entrenamiento físico, mejoramiento del idioma, clases de expresión y pasarela, llegando a sumar hasta 13 horas diarias. «Lo esencial es confiar en una misma», sostuvo la joven modelo.

Su inclusión en la lista de People en Español de “Los 50 más bellos” ha potenciado su perfil público, resaltando una filosofía de vida que equilibra la salud física, el bienestar emocional y el crecimiento espiritual. La rutina de Luaces refleja esta disciplina, integrando desde ejercicios y nutrición, hasta prácticas para fortalecer la mente.

El debate más recurrente, sin embargo, gira en torno a su dominio limitado del español. Aunque la normativa de Miss Universe Cuba permite concursar a descendientes de cubanos, incluso nacidos fuera de la isla, este criterio sigue generando controversias acerca de la representación genuina de la identidad nacional.

La inexperiencia directa de Lina con la vida cubana actual y la distancia con la cultura de la isla han dado pie a múltiples señalamientos. No obstante, la joven cuenta con la ventaja de tener los recursos y la motivación para consolidar su defensa y perfeccionar su idioma antes del evento internacional.

Cabe recalcar que, más allá de factores familiares, la repercusión mediática que suscita Lina beneficia a la delegación cubana al ponerla en la esfera de atención tanto en medios hispanos como estadounidenses. «Si la exposición de Lina termina generando apoyo y mayor visibilidad para Cuba en el certamen, el escándalo podría convertirse en ventaja», señala la cobertura periodística.

En la industria de los concursos de belleza, la presencia en los medios es un elemento fundamental, y Lina Luaces, gracias a su notoriedad, llega con esa ventaja a Tailandia. Habrá que ver si el tiempo y la preparación logran transformar la polémica en respaldo nacional si obtiene buenos resultados, e incluso una victoria.

Mientras tanto, la nueva Miss Universe Cuba se mantiene firme en su preparación, buscando reflejar una visión contemporánea, inclusiva y personal sobre lo que significa ser cubana en el escenario internacional.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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