Yunque de Baracoa, la espectacular montaña que el dios Vulcano se dejó en Cuba

miércoles, 22 de agosto de 2018

El Yunque de Baracoa es, junto a la Gran Piedra, una de las elevaciones más espectaculares de Cuba. Esa meseta, formada por rocas cárcavas a 575 metros sobre el nivel del mar en la región de Baracoa bien pudiera ser el lugar donde el esforzado Vulcano forjaba los rayos del todopoderoso Júpiter.

La elevación, que forma parte de la reserva de la biosfera Cuchillas del Toa conserva intacta la belleza paisajística por la que corretearon los aborígenes cubanos antes de la conquista. En sus alrededores existen decenas de sitios arqueológicos, lo que denota la abundante presencia indocubana que existió en estas tierras casi vírgenes.

Al Yunque de Baracoa se puede ascender desde la base de campismo más oriental que existe en Cuba y que lleva el mismo nombre de la elevación. Hasta ese punto se trasladan a diario autos y ómnibus llenos de excursionistas que quieren vivir la experiencia de ascender la meseta.

Toda la caminata se disfruta, hasta el punto en que se olvida el cansancio. El sendero que surca el río Duaba invita a hacer una parada para tomar un baño en las cristalinas aguas, mientras se disfruta del exuberante paisaje de jagüeyes, cocoteros, cedros y caobas desde los que se oyen los tomeguines, carpinteros y tocororos.

Por el mismo sendero en que ascienden los excursionistas transitan en sentido contrario campesinos que conducen arrias de mulos cargadas de productos para los mercados del llano; mientras en los ríos las mujeres lavan a golpe de paleta las ropas, tal y como vienen haciéndolo desde hace siglos los habitantes de una zona que parece detenida en el tiempo.

En los pequeños asentamientos de Rivera y Santa Rosa los excursionistas pueden sentir el afecto sencillo y desinteresado que los humildes montañeses han dispensado siempre a los viajeros. Un buchito de café al estilo oriental sirve para continuar el camino y si se llega a la hora de la comida hasta se puede tener la suerte de probar algún plato tradicional como el tulanga, el frangollo, guanino, bacán, palmito, la bola puñeta o calalú o el casabe.

Cinco horas para vencer siete kilómetros es lo que dura la caminata hasta la cima del Yunque de Baracoa. Entonces se puede disfrutar de la fresca brisa que siempre sopla en el lugar y la espectacular vista de la Primada de Cuba entre el verde de las montañas.