Van Horne, la calle camagüeyana del Rey de los Ferrocarriles a la que nada ni nadie ha podido cambiarle el nombre

viernes, 5 de octubre de 2018

Como sucede con mucha frecuencia en Cuba existen espacios públicos cuyos nombres se resisten a morir a pesar de los dictámenes de las autoridades. Es ese el caso de Van Horne, la calle de Camagüey que rinde homenaje al que fuera considerado el Rey de los Ferrocarriles en la mayor de las Antillas.

En ella existe un moderno bulevar de reciente inauguración en el que se muestra a los transeúntes la tradición ferrocarrilera de la otrora Villa de Puerto Príncipe. Viejas locomotoras de vapor, junto a otras Diesel más cercanas en el tiempo se exhiben a lo largo de la vía cuyo nombre oficial es Mario Aróstegui.

Sin embargo, no fue ese el primer nombre de la calle. En 1909 recibió el de Nueva y sólo en 1922 cambió por el apellido del norteamericano Sir William Van Horne (que, por cierto llevaba usaba el “Sir” pues también era caballero del Imperio Británico).

Aunque la calle carece hoy de tráfico vehicular fue por mucho tiempo una de las más concurridas de Camagüey y la línea del desaparecido tranvía la atravesaba de norte a sur y de sur a norte, trayendo y llevando pasajeros y mercancías a la Estación de Ferrocarriles.

Durante toda la República se le conoció así, hasta que, tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 todo lo que rendía de alguna forma tributo a los norteamericanos pasó a ser considerado de mal gusto para las autoridades de la Isla que decidieron cambiar el nombre de nuevo. Así la calle dejó de ser Van Horne para convertirse en Mario Aróstegui, en recordación de un obrero ferroviario del Camagüey que había muerto durante la insurrección contra Batista.

Sin embargo, el nuevo nombre no caló en los camagüeyanos que, por la fuerza de la costumbre, siguieron llamándola Van Horne. Una denominación que parece reforzarse ahora que la vía se ha convertido en una especie de museo del ferrocarril al aire libre.