Una fiesta “de color caribeño”

jueves, 22 de marzo de 2018

El Festival del Caribe, es una verdadera fiesta de la cultura y las tradiciones. Celebración que enaltece las raíces más auténticas de la espiritualidad de los pueblos del Caribe.

No creo que Joel James Figarola imaginara jamás, la trascendencia y los aportes de esta Fiesta que el creara en abril del año 1981, bajo el nombre de I Festival de las Artes Escénicas de Origen Caribeño.

Su propósito pudiéramos encontrarlo en estas palabras de Joel, “por encima de las contingencias históricas y de las circunstancias idiomáticas, el Caribe es una reformulación del mundo, (…) es una síntesis de la humanidad”.

Quizá por eso, han sido innumerables los países a los que se ha dedicado, luego de convertirse en 1983, en un evento de carácter internacional.

Granada, Haití, Guyana, Brasil, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela, México, Colombia, África, Panamá, Antillas Holandesas, Aruba, Pernambuco y Curazao, Trinidad y Tobago, Martinica, ahora Suriname y hasta el país sede, han tenido su espacio.

A Santiago de Cuba han llegado las más variadas muestras de música, teatro, danza, poesía, comidas, tradiciones que hacen únicas y a la vez tan semejantes, a cada nación caribeña.

De ello, está más que convencido Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, porque siempre se han propuesto “revelar la gran diversidad cultural de esta región del mundo”.

“Y este ha sido uno de los festivales de mayor dimensión y alcance a nivel cultural, la delegación surinamesa ha establecido una gran comunión con el resto de los países que nos visitan, y en particular con el calor humano del pueblo de Santiago”.

A las calles se lanzaron cientos de personas, citadinos y turistas para disfrutar de cada uno de los espacios que aquí se proponen, y ese ha sido un rasgo principal, porque todos los eventos, ya sean los teóricos o las manifestaciones artísticas, trascienden los sitios convencionales y llegan hasta las comunidades.