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Tropicana, el paraíso cubano bajo las estrellas

Tropicana es desde hace más de medio siglo el cabaret más famoso de Cuba, prestigioso incluso a nivel internacional, no solo por la calidad de sus presentaciones sino también por la cantidad enorme de figuras y personajes que han hecho época en sus escenarios. Ubicado en una otrora zona boscosa y al aire libre, Tropicana se fundó en 1939 en los antiguos terrenos de la finca Villa Mina, en el municipio de Marianao, en La Habana. El italiano Víctor de Correa la convertiría en una verdadera mina. Era una finca suburbana propiedad de Regino Trufin quien se había casado con Guillermina Pérez Chaumon, ella enviuda y vuelve a casarse a los años para correr la misma suerte. A finales de la década de 1930 decide arrendar la propiedad y Víctor de Correa, quien tenía un bar en La Habana, quiso ampliar su negocio y tuvo la visión de salir a La Habana extramuros. Este espacio el empresario lo convirtió inicialmente en un restaurante tipo night club para unas 300 personas. Su idea original era crear un casino en la zona menos céntrica de la capital para que sus asistentes pudieran jugar con tranquilidad y las clases sociales que lo pudiesen hacer se apartasen del ruido urbano.



Primer escenario del Cabaret Tropicana en el año 1946.
Entrada original del Cabaret Tropicana, que en esos momentos era solo un night club, y como se observa en la reja aún tenía el nombre de Villa Mina.

 

Luego le añadió salones de juegos que lo convirtieron en uno de los casinos más concurridos del continente, eso marcado además  por haber respetado la arboleda, que incluyó palmas reales, mangos, cedros y otras especies. Originalmente toma el nombre de la villa donde estaba asentado y en 1940 adoptó su nombre actual, cuando el coreógrafo y director de espectáculos Sergio Orta lo sugirió inspirado en la melodía homónima del compositor y flautista Alfredo Brito estrenada en ese mismo lugar. Su primer escenario se construye en forma de riñón, que no es con el que cuenta hoy en día, y con una capacidad de 300 asistentes ubicados en mesas en los jardines y parques de la mansión. Así comenzaron sus espectáculos, paralelos a la acción del casino; sus concurrentes podían ir a jugar a las mesas del casino y disfrutar de las revistas musicales. En esos años 40 empiezan a actuar las primeras grandes figuras como Rita Montaner y al inigualable Bola de Nieve, con un gran contrato de 3 años entre 1946 y 1949. Incluso parte del elenco del ballet ruso de Montecarlo, que se disuelve en La Habana, participa en la primera gran producción que vinculó vegetación con espectáculo y se llamó Congo Pantera. Después del golpe del 10 de marzo de 1952 Cuba entró de lleno en el mundo del juego y la diversión nocturna y Tropicana se convirtió en el embrujo de las noches cubanas siendo de los preferidos por el público.

Entrada principal del Cabaret Tropicana en el año 1954 donde ya la mítica bailarina recibía a sus visitantes.

 

En los años 60 Tropicana trata de continuar y hay producciones interesantes como Carnaval en Tropicana, con Rosita Fornés y dirigida por Armando Soez o La Fornés en Varadero que fue concebida originalmente para el Hotel Continental de Varadero pero que ha mediado de la década de los 60 pasa a estelarizar las noches del cabaret habanero. Luego viene la época negra en que todos los cabarets cubanos son cerrados y no se bailó más en sus escenarios hasta los primeros años de la década de 1970. Para su reapertura se escogió el espectáculo «Los romanos no eran así» bajo la dirección de Joaquín Condal, este tomó las riendas del cabaret por casi 18 años hasta finales de los 80.

Promoción de los años 50 del Cabaret Tropicana donde lo bautizaban como el Monte Carlo de las Américas.

 

Además del respeto y el cuidado por lo natural, el sitio también atesora otros valores artísticos, el primero de ellos se ha convertido en su símbolo. Se trata de la escultura de una bailarina realizada en 1950 por la artista cubana Rita Longa y también de la Fuente de las Musas, del escultor italiano Aldo Gamba, que desde 1952 preside la entrada del mítico cabaret.

Escenario principal ya remodelado con los arcos que lo identifican.

 

Entre las grandes figuras que engalanaron sus escenarios están los internacionales Nat King Cole, Carmen Miranda, Pedro Vargas, quien celebró allí sus 25 años de vida artística, Libertad Lamarque, María Félix, Frank Sinatra, Sarita Montiel, Cheo Feliciano, Norma Duval o el famoso pianista Liberace. Su gran coreógrafo y director artístico, y quien marcó época y formas, fue Roderico Neyra, Rodney, quien desde 1952 frente al elenco de Tropicana llevó los espectáculos a los primeros planos de crítica y de público. Este hombre supo divertir, entretener y crear momentos increíbles, ya que aunque la temática de los espectáculos no fuera cubana siempre la música cubana estaba presente porque se alteraban los tempos de las melodías. Para rendirle homenaje en la actualidad uno de los cafés del lugar lleva el nombre del famoso coreógrafo.

Nat King Cole actuando en el escenario del Cabaret Tropicana.
Carmen Miranda, cantante de samba y actriz luso-brasileña famosa, actuando en Tropicana.

 

En estos momentos su salón principal tiene capacidad para aproximadamente unas 1000 personas alrededor del escenario donde coexiste la naturaleza con la ingeniería del espectáculo. En el año 2000 Tropicana es declarado Patrimonio Nacional y aun cada noche cientos de artistas salen al escenario a ofrecer su arte y mantener viva la leyenda de ese paraíso bajo las estrellas.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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