Tres calles de La Habana con nombres peculiares

sábado, 6 de mayo de 2017

Entre las muchas calles de La Habana, algunas destacan por su historia y otras por los llamativos nombres que les fueron otorgados. Entre esas podemos destacar las calles Aguacate, Amargura y Corrales

Los vecinos, en vez del Cabildo, eran quienes antiguamente, solían nombrar las calles de La Habana según el nombre de algunas personas relevantes que vivieran en ellas o por alguna característica en particular. Así, a lo largo de los años muchas han sufrido cambios en sus denominaciones y algunas han tenido varios nombres simultáneamente.

Dicen que la calle Aguacate fue nombrada así por un árbol que existía en ella, aunque algunas otras versiones mencionan que esa denominación se debe a una pintura que había en un establecimiento comercial y que tenía como motivo principal al árbol; o a un árbol frondoso que se encontraba sembrado en el Convento de Belén, esta suposición sería válida porque otro nombre que se le otorgó fue Aguacate de Belén.

Otra arteria reconocida y antigua es Amargura, la cual tuvo una gran connotación religiosa ya que por ella pasaban las procesiones del Corpus Christi de los jueves y otras que salían en Semana Santa. Tuvo muchísimos nombres, entre ellos: De las Cruces del Calvario De las Piadosas Mujeres, San Agustín, Marta Abreu y Plácido.

Por otro lado, se encuentra la calle Oficios, esta resalta por las edificaciones construidas en ella como la Basílica Menor de San Francisco de Asís, la Plaza de San Francisco, el Palacio de Gobierno, la Biblioteca y la Casa Alejandro de Humboldt, el Museo Casa de los Árabes y el Museo de los Automóviles entre muchas más. También hay gran cantidad de talleres como los de restauración de piedra, textiles, de metales, de muebles y lámparas de estilo; y otros como el Taller de Encuadernación de Libros y el Taller de Cerámica.

Las muchas calles habaneras, más allá de ser fragmentos de concreto, son fragmentos de la historia del país y de sus habitantes.