Todo sobre la antigua calle de la Obrapía

martes, 2 de octubre de 2018

La calle de la Obra Pía, que ha terminado por ser de la “Obrapía”, corre paralela al boulevard de Obispo en el Centro Histórico de La Habana, desde la antigua zona de las murallas en la calle Monserrate hasta la Avenida del Puerto. En el tramo que más se acerca al mar ha sido cuidadosamente restaurada por la Oficina del Historiador de La Habana (OHC).

El nombre de Obra Pía deriva de la casona que existe en la esquina de la calle Mercaderes con ese nombre. En ella vivió a mediados del siglo XVII el acaudalado benefactor Don Martín Calvo de la Puerta, quien año tras año mediante sorteo entregaba cinco dotes a jóvenes huérfanas para que pudieran encontrar un buen matrimonio o entrar en un convento.

La Casa de la Obrapía recibió grandes reformas a finales del siglo XVIII y en el XX terminó convertida en una ciudadela en la que llegaron a habitar cientos de familias en minúsculos cuartos.

Aunque el inmueble comenzó a ser rescatado a mediados de la década de 1960 no sería hasta treinta años después la intervención de la OHC lograra regresarla lo más posible a sus valores originales.

Sin embargo, no es la magnífica Casa de la Obra Pía el único atractivo de la calle. Caminar por ella es viajar por la variedad de estilos arquitectónicos que dominaron en Cuba en diferentes épocas.

La casa del capitán Don Rivero Vasconcelos en el No. 172 es una de las casas más antiguas entre las que se conservan en La Habana y sus trabajos de ebanistería son de los más finos que se pueden observar en la ciudad.

Existen también en la calle Obrapía museos temáticos como el Benito Juárez, conocido como Casa de México, un inmueble colonial de gran belleza en el que se realizan gran cantidad de actividades dedicadas al país de los aztecas; la Casa Oswaldo Guayasamín, dedicada a la vida y obra del célebre pintor y la Casa de África, donde se evoca la influencia en la cultura cubana de los africanos que fueron arrancados de sus tierras y traídos a la Isla como esclavo.