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Todo lo que debes saber para hacer una cola en Cuba

Las colas en Cuba forman parte de las tareas cotidianas, como comer, bañarte, ir al trabajo, a la escuela, a los mandados, para divertirte y muchas cosas más. Pero no importa la cuestión es que tenemos que resolver nuestros problemas y situaciones así sea a través de colas.



En Cuba nos caracterizamos por hacer colas en cualquier lugar y para cualquier cosa, pero lo más inaudito y absurdo es tener que hacer colas en lugares que jamás podrás imaginarte y entender.

  1. Ármate de paciencia. A las colas cubanas uno sabe cuándo llega, pero no cuándo se va.
  2. Antes de pedir el último fíjate bien y, si conoces a alguien, acércate y salúdalo en voz baja. No olvides que, además de buena suerte, eso se llama colarse.
  3. No trates de colarte metiendo el cuento de que solo vas a hacer una pregunta. Sé creativo, ese pretexto ya se ha usado demasiado.
  4. Pregunta el último en voz alta y bien fuerte, para que los que están delante se den la vuelta a ver quién llegó y luego no digan, después de tres horas de espera, que tú no vas ahí.
  5. No olvides preguntar el orden dos o tres personas delante de ti (lo ideal sería, si tienes buena memoria, que te aprendieras la cola entera), pues por lo general el que desiste (en las colas cubanas siempre hay alguien que se va), deja a todo el mundo embarcado.
  6. Si alguien te vende un turno, ocupa el lugar con la mayor discreción posible. No mires a los demás a los ojos y mucho menos por encima del hombro. En estos tiempos de cambios, si alguien llegara a protestar, de que te sacan, te sacan.
  7. No te atormentes con la embarazada que viene acompañada por un marido saludable –fuerte como para aguantar tres colas juntas. En Cuba no hay cola sin embarazada, sin viejos que no saben detrás de quién marcaron, sin uno que rota su turno hasta que le traigan el papel que le faltó.
  8. Es cierto que ahora hay una respuesta si exigimos nuestros derechos cuando el que atiende la cola deja pasar, bajo las narices de todos, sus “casos personales”. No obstante, recomiendo evaluar las ventajas de una protesta. A veces se gana esa pelea, pero uno se va con el pan flaquito, la multa en el precio o sin la autorización/papel/cuño que tanta falta hacía.
  9. Si estás en una cola concurrida y, sobre todo, de larga espera, mantén distancia de los otros, sepárate lo más que puedas. Las colas cubanas son propensas a la combustión espontánea que culmina en nuestro famoso “dale al que no te dio”.
  10. Si no padeces de miedo escénico, ante una cola con desorden general, asume las funciones de organizador e intransigente con los colados. Esa será la única manera de salir lo antes posible si sacamos la cuenta de los años que lleva el cubano haciendo colas, y sigue sin aprender.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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