¿Sabías que en Cuba todavía existe una fábrica de órganos?

martes, 4 de septiembre de 2018

Los órganos como instrumentos musicales se asocian en Cuba, fundamentalmente, a los grandes templos católicos. Casi todos los naturales de la Isla los asocian con el pasado y por eso les puede resultar muy extraño que en el país exista aún una fábrica que construya órganos neumáticos, una variante mucho más pequeña del colosal instrumento.

Esta peculiar industria, que además de órganos fabrica otros instrumentos musicales variados, se encuentra ubicada en la ciudad de Holguín en el norte oriental del país.

Llegaron los órganos neumáticos por primera vez a Cuba en 1850, dándose a conocer en La Habana y Cienfuegos. Sin embargo, fue en el oriente de la Isla donde alcanzó gran popularidad y se convirtió en tradición.

Tanta aceptación tuvo el instrumento que la familia Borbolla, residente en Manzanillo, se asoció con unos fabricantes franceses para importarlo y poderlos reparar en Cuba.

El órgano neumático que se fabricó en Cuba no fue sin embargo en Bayamo, sino en Holguín, en el año 1926, por Francisco Cuayo quien aprendió la técnica en Francia. Este sería quien establecería la fábrica que ha funcionado hasta el día de hoy y que constituye toda una curiosidad dentro de la industria cubana.

Los órganos neumáticos se inventaron en la Grecia antigua por Ctesibios, considerado el padre de la neumática, quien consiguió construir varios artefactos que funcionaban con agua y aire.

En cuba fueron particularmente populares durante el siglo XIX y la primera mitad del XX y llegaron a convertirse en símbolos de ciudades y pueblos. Los orientales pusieron nombres a sus órganos preferidos para diferenciarlos de los demás.

Aún se recuerdan en Holguín órganos como El Oriental de los hermanos Ajo, símbolo de la cultura en Buenaventura; La Joya del Sol, el más famoso de todos; y El Arcoiris que en horas de la noche se podía escuchar a largas distancia y sonaba sus notas con tanta calidad que los campesinos decían que hablaba.