¿Sabías que el dólar estadounidense fue casi la moneda oficial de Cuba hasta 1948?

viernes, 7 de septiembre de 2018

Al nacer la República de Cuba en 1902 circulaban en la Isla una cantidad de monedas extranjeras que harían la dualidad de hoy un juego de niños. Habían monedas españolas, mexicanas, estadounidenses y francesas de muy diferente valor que convertían en una verdadera locura el comercio. Sin embargo, la preferida, por una multitud de razones era el dólar estadounidense y fue al final la que triunfó.

Cuba adoptó el dólar como moneda y, aunque se emitieron monedas cubanas de plata y oro en diferentes años y en la década de 1940 billetes con la leyenda de “certificados de plata”, el dólar tuvo pleno poder liberatorio y circuló legalmente en el país hasta el 30 de junio de 1948 en que entró en vigor la Ley No. 13 de ese año por la cual ceso en el territorio nacional cubano la duplicidad de monedas que hasta ese momento existía y que concedía al dólar los mismos atributos que el peso cubano.

Como Cuba tenía entonces un sistema financiero sano y robusto el cese legal de la circulación del dólar afectó muy poco la vida económica de la Isla. En la práctica significó, esencialmente, que los bancos dejaron de pagar cheques en moneda americana y las cuentas corrientes en dólares que tenían cubanos y extranjeros pasaron a ser cuentas en pesos (pero sólo con el consentimiento del cliente).

También que las deudas de todo tipo que se habían acumulado hasta 1948 por personas naturales y jurídicas en dólares americanos podían pagarse en peso, ajustándose al cambio existente entre las dos monedas. Como el peso cubano y el dólar de Estados Unidos mantuvieron su paridad durante toda la República esto no resultó para nada traumático.

El cese de la circulación del dólar le dio al Banco Nacional de Cuba un mayor control sobre las finanzas del país y los bancos particulares; pero a nivel de la calle (debido a la confianza que la gente tenía depositada en el peso cubano) el dólar siguió circulando, pues nunca se penalizó y la paridad lo permitía sin grandes complicaciones.