Restauración de La Habana: un viaje al pasado

viernes, 13 de julio de 2018

A casi medio milenio de fundada La Habana, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO y Ciudad Maravilla por el voto de los cibernautas, es una ciudad mágica que ha ido rescatando un poco del esplendor que una vez tuvo gracias a la paciente labor de restauración de la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHC), dirigida por Eusebio Leal Spengler.

Su Centro Histórico, que constituye el principal atractivo de la urbe, es gestionado por la OHC con un modelo sui generis que no sólo potencia el atractivo turístico, sino que busca la exposición del la ciudad viva con su cultura y su gente.

Amparados por el decreto ley 143 que le otorgó amplias facultades para tratar de rescatar una ciudad que el abandono y la desidia habían condenado a la ruina, la OHC creó el Plan Maestro, la institución que por 25 años ha sido la guía en el proceso de restauración y el manejo integral de la parte más antigua de la ciudad.

Un viaje al pasado que sólo es posible gracias a la admirable y consagrada labor de ingenieros, constructores, diseñadores, arquitectos de la OHC que se han empeñado en rescatar a La Habana y convertirla en una de las ciudades mejor conservadas de América Latina.

Una labor extremadamente compleja pues la parte más antigua de la ciudad se encuentra súper poblada y sus inmuebles presentan un elevado nivel de deterioro. Para acometer la restauración de algún edificio de alto valor patrimonial, en muchas ocasiones la OHC debe acometer la construcción de las viviendas de gran número de familias, pues estas construcciones se encuentran completamente tugurizadas, lo que eleva enormemente el costo de las obras.

Sin embargo, nadie duda en Cuba que el modelo de gestión de la OHC es exitoso. Tan exitoso que ya se ha hecho molesta para los que no han logrado hacer lo mismo en el resto del país y ahora, poco a poco, pretenden arrebatarle lo que ha logrado antes que La Habana cumpla los 500 años.