Huracán de Vuelta Abajo… Un legado de destrucción en occidente

sábado, 22 de septiembre de 2018

El huracán de Vuelta Abajo azotó Pinar del Rio y la Isla de la Juventud a comienzos de siglo. Hoy día, con satélites y modernas computadoras, los huracanes siguen haciendo estragos en el Caribe… ¿Te puedes imaginar cómo era en 1917?

Uno de los huracanes más violentos que se recuerda en toda Cuba fue el que, en el mes de septiembre de 1917, devastó la provincia de Pinar del Río y el territorio de la Isla de Juventud (Antigua Isla de Pinos) y que ha pasado a la historia con los nombres de “Huracán de Vuelta Abajo” o “Huracán de Nueva Gerona”. La ola de devastación y miseria que provocó este evento meteorológico en las zonas en que impactó fueron tan grandes que a las poblaciones afectadas les costó décadas recuperarse de sus estragos.

Aunque el huracán se generó en el Océano Atlántico, no fue detectado hasta que penetró en el Caribe oriental y tomó rumbó oeste – noroeste. Al cruzar sobre las islas Caimán era ya un potente huracán de categoría 4 y las autoridades cubanas, que vieron como se interrumpían las comunicaciones con el servicio meteorológico de Jamaica, comenzaron entonces a temer que el fenómeno impactaría de plano a la mayor de las Antillas.

El Huracán de Vuelta Abajo golpeó Pinar del Río y la Isla de la Juventud

El 25 de septiembre el huracán devastó los despoblados cayos de los Canarreos y golpeó con su torbellino la costa nororiental de la Isla de la Juventud para continuar rumbo hacia Cuba, donde penetró por la costa del municipio pinareño de San Cristóbal. Los barómetros en el territorio reportaron valores mínimos de 938 hPa, que demostraban que la Isla se encontraba bajo el embate de un huracán tan poderoso como no se recordaba otro en décadas.

El “Huracán de Vuelta Abajo” abandonó el territorio cubano por las inmediaciones del poblado de La Palma, también en Pinar del Río.

Las dos principales poblaciones de la Isla de la Juventud, Gerona y La Fe, así como varios pueblos de Pinar del Río quedaron en ruinas. Como las comunicaciones quedaron cortadas por la destrucción y las inundaciones, el socorro de las víctimas tardó en llegar y el sufrimiento por uno de los mayores desastres naturales sufridos por Cuba resultó, al final, inenarrable.

Se estima un centenar de muertos y 5 mil damnificados

La información, procedente de los corresponsales que reportaron a la prensa lo ocurrido de forma incompleta, no permite establecer con claridad el número de víctimas mortales. Sin embargo, se estima que no fueron menos de cien. La cifra de damnificados se acercó a los 5 mil, la mayor parte de ellos ubicados en las zonas rurales del centro de Pinar del Río y la Isla de la Juventud. A ello habría que sumar los daños humanos en las comunidades de carboneros y pescadores, aisladas en el litoral y el mar.

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