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Recuerdos dorados de La Habana: Ponme una canción en la vitrola…

Cuba es y siempre ha sido un país musical; claro que la tecnología en su salto abismal desde el pasado siglo cambió de forma radical todos los aspectos de la vida y este fenómeno también revolucionó la difusión de la música. Así, las vitrolas se convirtieron en un recurso indispensable para el desarrollo de la industria discográfica nacional.



Con solo una moneda y en cualquier espacio, ya fuera un tugurio de esquina o un lugar glamoroso, los cubanos podían conocer y disfrutar los nuevos ritmos y artistas. Y… ¿porque no?  también “mover el esqueleto”, sufrir penas de amor ante un bolero que desgarra el alma, dedicar una canción en afán de conquista, o acompañar un buen ron con su canción favorita.

En 1956 había más de 10 mil victrolas en toda la isla instaladas en bares de todos los barrios, tabernas, comercios y chinchales, incluso los enclavados en centros azucareros y otros puestos rurales. Se puede afirmar que casi había una en cada esquina. También estaban enclavadas en los más famosos bares de La Habana, donde solo acudían los privilegiados. La costumbre no se perdía: mano en el bolsillo, una moneda, en la mente la canción que urge , un chirrido, hasta que finalmente el placer llegaba a los oídos.

A veces se les llamaba victrola y esa forma de nombrarla procedía de la influencia de la  R.C.A. Víctor, nave insignia de la producción discográfica norteamericana. De hecho, este aparato se uso inicialmente en Cuba para reproducir los discos que salían al mercado musical con el sello de la “Victor”, aunque después se usaron para difundir toda la música de moda, independientemente de la casa discográfica.

En 1956 había más de 10 mil victrolas en toda la isla instaladas en bares de todos los barrios, tabernas, comercios y chinchales, incluso los enclavados en centros azucareros y otros puestos rurales. Se puede afirmar que casi había una en cada esquina. -thehistorycultureandlegacyofthepeopleofcuba.com

La industria discográfica nacional en la primera mitad del pasado siglo era muy poderosa. Todos  los artistas cubanos del momento grababan bajo el sello de  Discuba, Gema, Kubaney, Meca, Montilla, Neptuno, Panart, Puchito, Sonotone y Velvet  y convertían en hits sus mejores creaciones. Algunos lograban grabar también en disqueras de Nueva York, como lo hicieron la Sonora Mantancera, Celia Cruz o Vicentico Valdés.

La vitrola pasó a la historia como símbolo de la vida mundana , la de día y de noche; cuando solo bastaba una moneda para disfrutar de una canción, en íntima compañía o en total soledad. Para “echar un pie”, enamorar, complacer o sufrir, estaba siempre la música, siempre la vitrola.

Por: Alejandra Angulo Alonso

Escrito por | Redacción TodoCuba

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