No te pierdas en este video la curiosa realidad de la gastronomía callejera cubana

martes, 2 de mayo de 2017

La comida cubana es famosa en todo el mundo. El congrí, la carne de puerco y los tostones son prácticamente símbolos de la nación en el extranjero, cuyo imaginario parece reducirse solo a unos pocos platos de la alta cocina.

Sin embargo, para suerte o desgracia Cuba es mucho más, las calles de La Habana o de cualquier otra provincia son un hervidero de personas vendiendo comidas y bebidas típicas, platillos populares entre sus consumidores que no se pueden encontrar en restaurantes o paladares de alto nivel, pero que forman parte de la cultura cotidiana de la Isla.

Un pan con lechón, unos chicharrones de viento o un batido de guanábana pueden ser delicias en una tarde calurosa de La Habana. Recorrer la ciudad significa descubrir un país que ama su gastronomía y que ha elegido el camino de abrir negocios personales que ofrezcan mejores servicios que los ofrecidos por los centros estatales.

 Esa realidad pintoresca marcada por los carros ambulantes, las cafeterías particulares no solo sirve de estampas ante los lentes de turistas o de nostálgicos, también son opciones muy útiles para todos los cubanos que, con hambre o sedientos, los encuentran a su paso y gracias a ellos consiguen muchas veces algo que el Estado no puede ofrecer.

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