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Mercedita Valdés

Mercedita Valdés: aché babalocha al compás del batá

Aunque disfrutaba del baile folclórico en las calles de la barriada capitalina de Cayo Hueso, Merceditas Valdés Granit desde pequeña quería ser cantante como Rita Montaner. La pequeña Aché (sobrenombre con el cual se le conoció dentro de la música cubana), fue uno de los mayores exponentes del repertorio afrocubano en la isla.



Los triunfos obtenidos a lo largo de varias décadas en Cuba y otros países del orbe fueron recogidos en filmes, grabaciones y la prensa de la época. En la Corte Suprema (programa radial habanero muy escuchado en el país, en el cual Valdés ya había cosechado grandes triunfos con solo 12 años de edad), se encuentra con  Torregrosa (músico folclórico) el cual quedó maravillado con su talento innato y le propone cantar música procedente de la religión yoruba.

La pequeña aché fue la primera mujer de Cuba en cantar este tipo de música con batá (tambores) en una emisora radial ya que por la época solo se podía escuchar en las casas templo cuando se realizaba algún bembé tocado con cajas de bacalao. El poeta Luis Carbonel categorizaba su canto como: “….una música del más allá, la música del olimpo del negro, natural de melodías preciosas sobre imágenes de dioses, con sus virtudes y sus defectos…” y sobre su tonalidad escribía que no era una sombra inesperada ni un sueño, sino voz recién cortada.

Versátil como ninguna, con mágicas tonalidades entonaba rezos yorubas, cantos congos, rumba o boleros, por lo que sobresalió en la radio y en la televisión trabajando junto al maestro Ernesto Lecuona en el programa Serenata Cubana, llevando a la pantalla chica, los ritmos afrocubanos. Inauguró el espectáculo del famoso Hotel Riviera  y se mantuvo por largo tiempo en Tropicana y el Sans Souci.

Incursionó con gran virtuosismo en la interpretación del guaguancó y la guaracha. Indiscutible abanderada de los cantos religiosos, Merceditas posee entre sus grandes aportes, el haber acercado a su pueblo a la música cubana de raíces africanas y aunque el 13 de junio de 1996 fue un día lamentable para el mundo de la música folclórica, todavía se escucha mezclado con el sonido de los batá, una melodía con sabor a aché para la pequeña Valdés.

 

 

Escrito por | Redacción TodoCuba

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