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Marita Lorenz, la Mata Hari del Caribe que intentó asesinar a Fidel Castro

Con la vida de Marita Lorenz se puede realizar una película de aventuras. Nacida en vísperas de la Segunda Guerra Mundial su hermana gemela fue asesinada por un oficial de las SS y la propia Marita, hija de alemana y estadounidense fue a dar con menos de cinco años a un campo de concentración. Pero si un hecho marco su existencia fue el frustrado atentado que intentó cometer, bajo las órdenes de la CIA, contra su examante, el primer ministro cubano Fidel Castro.



Marita Lorenz llegó al mundo junto a su gemela el 18 de agosto de 1939, días antes de que Hitler decidiera invadir Polonia y desatara la Segunda Guerra Mundial, en la ciudad alemana de Bremen. El pastor alemán de un oficial de las SS que ofendía a su madre por haberse dejado tratar hasta el final por un médico de origen judío atacó a las niñas y su hermana Ilona murió.  Sus padres sumaron entonces el nombre de la niña fallecida al de Marita, que desde entonces fue Ilona Marita Lorenz.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la madre de Marita terminó internada en el campo de concentración de Bergen-Belsen por el hecho de estar casada con un enemigo del III Reich. Con ella fue enviada Marita, tenía menos de cinco años.

La niña fue rescatada de Bergen-Belsen el 15 de abril de 1945 por las fuerzas británicas. Estaba llena de piojos, de gusanos, de moretones y pesaba menos de 20 kg. Sin embargo, sus libertadores se convirtieron en sus verdugos cuando a la edad de siete años, el día después de Navidad, la niña fue violada por un sargento estadounidense.

Con el paso de los años se convirtió en una hermosa mujer. Llegó a Cuba en febrero de 1959 y conoció a Fidel Castro que le puso el alias de “La Alemanita”. Se gustaron de inmediato y se convirtieron en amantes. En un libro publicado en 2015 Marita afirma que quedó embarazada del líder cubana y fue secuestrada por las fuerzas de seguridad cubanas, drogada y sometida a un aborto forzoso.

Fidel Castro que le puso el alias de “La Alemanita”.

Por esa razón abandonó Cuba, a la que regresó un año después convertida en agente de la CIA con la misión de asesinar a su examante Fidel Castro. Se había convertido en la Mata Hari del Caribe.

Para llevar a cabo el asesinato, que la CIA clasificó como Operación 40, Marita recibió un frasco de píldoras venenosas que ella ocultó en un frasco de crema facial. Se puso en contacto con Fidel Castro y se encontró en secreto con él en un cuarto del hotel Habana Libre. Sin embargo, no se decidió a envenenarlo. De haberse decidido tampoco hubiese podido hacerlo, pues al abrir el frasco descubrió que las píldoras se habían desintegrado.

“Lo tiré por el bidé. No se iba por el desagüe y tuve que empujarlo, hasta que despareció del todo. Entonces me sentí libre. No lamento no haber matado a Fidel, al contrario: es la decisión de la que estoy más orgullosa en mi vida”. Expresó en su biografía.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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