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Mañana se cumplen 86 años del paso de uno de los huracanes más violentos conocidos en la historia de Cuba: El Ciclón del 32 (+ Fotos)



En la madrugada del miércoles 9 de noviembre de 1932 uno de los huracanes más violentos conocido por la historia de la meteorología cubana, penetró por un punto situado unos 60 kilómetros al oeste de la población pesquera de Santa Cruz del Sur y salió por las inmediaciones de la bahía de Nuevitas, en la costa norte de la provincia.

Vientos de más de 270 kilómetros por hora causaron enormes pérdida de vidas y daños materiales en la provincia de Camagüey. El mar, impulsado por los vientos, penetró con olas de hasta tres metros de altura unos 25 kilómetros tierra adentro, causando en el primer impacto la muerte a 2 700 personas en el municipio de Santa Cruz del Sur.

Esta embarcación fue hallada cinco kilómetros tierra adentro

Muy lejos de allí, trombas originadas por los vientos huracanados azotaron los pueblos de Camajuaní y Caibarién, también al norte de la isla, causando una treintena de víctimas más.

Se calcula que la pérdida de vidas excedió las tres mil personas entre ahogados, aplastados por los techos y paredes de las viviendas que vinieron al suelo y los desaparecidos. Muchas personas fueron arrastradas por las aguas cuando el mar se retiró, apareciendo sus cadáveres entre los cayos y canalizos de Doce Leguas a más de veinte kilómetros de distancia, o dispersos en el archipiélago de Guacanayabo. Otros jamás fueron encontrados. Las pérdidas materiales se calcularon en millones de pesos, aunque en verdad nunca se pudieron contabilizar.

El central Siboney quedó prácticamente destrozado al paso del huracán

Entre las ciudades que sufrieron más intensamente “el ciclón del 32”, como desde entonces se le conoce en los anales de la meteorología mundial, se encuentran, aparte de Santa Cruz del Sur, Camagüey, Ciego de Ávila, Morón, Florida, Nuevitas, Júcaro, Vertientes, Jatibonico, Camajuaní y Caibarién, así como decenas de grandes y pequeñas poblaciones situadas en la costa sur, desde Cienfuegos al este.

Las indiferencia gubernamental desembocó por aquellos años en comunicaciones deficientes entre el Observatorio Nacional, que contaba con escasos recursos técnicos, y la población, la falta de un coordinado sistema de avisos durante la temporada ciclónica y la ausencia de estaciones sinópticas en el entorno del archipiélago cubano, selló la suerte de las miles de personas al paso del huracán.

Estas cisternas de combustible fueron empujados, levantados y revueltas por la fuerza de los vientos

Escrito por | Redacción TodoCuba

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