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La historia desconocida bajo El Capitolio Parte 2: Desde una montaña rusa hasta el edificio final

Al adquirir el Estado los terrenos de la Estación de Villanueva, se tuvo el propósito de construir en el lugar un Palacio Presidencial digno de la importancia que ya había tomado la ciudad de La Habana. En esos momentos la sede de la casa del Jefe de Estado se encontraba en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales en la Plaza de Armas. El deterioro acumulado por el tiempo hacia que la sede oficial del poder ejecutivo de la nación no reuniese las condiciones para su correcto funcionamiento. El Congreso de la Republica aprobó una ley aplicando el superávit de la cantidad que se recaudase por la Lotería Nacional se destinase a la ejecución obras de carácter nacional. Se convocó un concurso internacional de proyectos para construir el nuevo Palacio Presidencial, donde se presentaron más de 20, firmados por arquitectos de distintas nacionalidades. Cuatro fueron los finalistas seleccionados pero el 15 de abril de 1911 se acordó declarar desierto el ganador del concurso pues ninguno de los presentados, incluidos los finalistas, no cumplían con la totalidad de las bases acordadas. Aun así, tras una segunda revisión, el 1ro de julio de 1911 fue seleccionado el proyecto llamado «La Republica» y el 7 de agosto del mismo año se dispuso sacar a subasta pública las obras del Palacio Presidencial con un costo máximo de $985 000 pesos. Se comenzó su construcción pero solo duró un año, en 1913 al ocupar la presidencia Mario García Menocal se derogaron las disposiciones anteriores y se detuvieron las obras.



Proyecto finalista del primer concurso para construcción del Capitolio, llamado León de Oro.

 

Fachada de uno de los cuatros proyectos finalistas del primer concurso para la construcción del Capitolio, llamado Estrella Solitaria.

 

Proyecto finalista ganador, y que se comenzó a construir, que llevaba por nombre La Republica.

 

En 1914, luego de un nuevo concurso, se transformó por completo el proyecto original, realizando un nuevo edificio al que se le adicionó a ambos extremos dos hemiciclos: el de la Cámara del Senado y el de los Representantes. Además se cambió la forma de la cúpula, que estaba avanzada en su construcción, por otra de sección cuadrada. Este nuevo proyecto se sacó a subasta el 7 de noviembre de 1916 siendo ganada por la compañía constructora La Nacional por un precio de $2 008 380  pesos superando casi por el doble el dinero del que disponía el estado para su realización. Los constructores comenzaron a trabajar el 7 de diciembre de 1917 y prosiguieron sin incidentes de importancia hasta el julio de 1918, en el que alegando necesidades de instalar mercados de abasto en diversas zonas de la ciudad para luchar contra la falta de artículos de primera necesidad, producida por la 1ra Guerra Mundial y se autorizó el establecimiento de uno de esos mercados en los mismos terrenos donde se verificaban las obras, dando lugar a que se entorpecieran los trabajos de los contratistas y se encarecieran los materiales por las dificultades surgidas en el transporte de los mismos, ya que quedó inutilizada la vía férrea de que se valían los contratistas para esa labor. Este proyecto ya estaba destinado al fracaso y aunque se continuó trabajando las dificultades hicieron anunciar una demora para su terminación de casi un año. Con motivo de la intervención de Cuba en la Primera Guerra Mundial se presentaron dificultades para la adquisición de materiales de la construcción y se encareció la mano de obra resultando ruinoso el proyecto para los contratistas por lo que se vieron obligados a paralizar las obras en marzo de 1920, así quedaron por más de cuatro años donde se levantaron los proyectos que nadie imagina existieron en el área.

Restos de las obras levantadas en la segunda etapa que se intentó construir El Capitolio donde se ve la antigua cúpula.

 

Fachada principal de la construcción levantada, donde se puede apreciar el avance logrado al paralizarse las obras en 1920.

 

Mientras se deterioraban las obras levantadas los terrenos se fueron llenando de compañías que rodearon la construcción levantada de tinglados y casitas de madera, en las cuales se exhibían los más curiosos espectáculos públicos. Entre estos entretenimientos se encontraba quizás uno de los más locos y que fue el Havana Park, un inmenso parque de diversiones con una montaña rusa de madera que era de las más altas y grandes de Cuba, aunque por las fotos que existen no se veía nada segura. Además se construyó un salón de baile y una cafetería, que se llenaba de feriantes, llamada Galatea.

Interior del café Galatea, en las áreas del Capitolio.

 

Aspecto del interior del salón de baile, en las áreas del Capitolio.

 

Montaña rusa existente en la zona donde se levantaría El Capitolio.

 

Resto de una de las atracciones del parque de recreo Habana Park, se puede apreciar en la foto que el precio de la entrada era de 10 centavos.

 

No fue hasta que Gerardo Machado accediera a la presidencia de la Republica que se estudió reiniciar las obras. Ya se habían gastado $1 800 000 pesos y lo que se encontraba construido no llegaba a los 600 mil. Al fin y tras más de 15 años de idas y venidas, de trabajos comenzados y paralizados, en el mes de abril de 1926 se comenzaron las obras de los que terminaría siendo El Capitolio Nacional de Cuba.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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