La cueva de dolores que salvó a cubanos de la furia del huracán Matthew

domingo, 29 de septiembre de 2019

La cueva de dolores bien merece un altar de esos que los cubanos solían improvisar para dar las gracias por algún favor concebido. Gracias a su protección, 90 personas de diferentes edades, incluyendo niños e impedidos físicos, pudieron salvarse del poderoso huracán Matthew que se ensañó con el oriente de la mayor de las Antillas en el año 2016.

Los hombres de Jobo Claro esperaron dentro de la cueva de dolores

Al saber que el vendaval les daría con todo, los hombres de Jobo Claro, un pequeño poblado cercano a Maisí, cargaron con sus familias para sus cavernas. Allí, improvisaron una pared y esperaron a que pasara el fenómeno. Aunque los vientos chapearon bajito la loma de la Borúa, el parapeto resistió y no tuvieron que lamentar la pérdida de ninguna vida.

«Fue un invento de nosotros los hombres del barrio. Al saber que el vendaval se acercaba, construimos esa pared para que el barrio entero se albergara aquí. Y resistió, tan así que nos salvó a todos. Éramos como 90 personas, entre niños, adultos, ancianos e impedidos físicos». Así lo comentó Andrés Rodríguez.

Las autoridades de la Defensa Civil no se presentaron a evacuar a los vecinos. Fieles a sus costumbres, los hombres cargaron con sus familias y sus pertenencias, y se dirigieron a la cueva de Dolores como llevan haciendo desde siempre.

En la caverna, los vecinos de Jobo Claro pasaron todo el ciclón. Llenaron una lata de aserrín comprimido y con ella tuvieron combustible para un día completo. Allí colaron café, hicieron caldosa y prepararon la leche de los niños.

Los daños del huracán Matthew fueron devastadores

Cuando el huracán Matthew se alejó, comenzaron a salir de la cueva. Entonces, vieron que el ciclón había sido devastador. Todas las siembras estaban perdidas, la loma de la Borúa había quedado completamente pelada y la mayoría de sus casas habían desaparecido.

Muchos habitantes de Maisí tuvieron que regresar entonces a la cueva de dolores y otras cavernas de la región para instalarse a vivir en ellas – como antaño hicieron los primeros habitantes de Cuba – a la espera de que el Gobierno cuantificara los daños y comenzara a enviar las ayudas con las cuales volver a levantar las casas.

Sin embargo, lo más importante es que las vidas se habían salvado.

Fuente: OnCubaNews.

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