La cabeza de Patricio, una singular historia de un negrito cubano cuya gran cabeza lo convirtió en leyenda en Remedios

martes, 25 de diciembre de 2018

El singular personaje Patricio, resulta el más conocido por todos los habitantes de la villa de Remedios. Cuenta la historia en en una casita muy pobre pero limpia y honrada, vivía un negrito que se buscaba la vida como zapatero. Todos en el lugar lo conocían como el maestro Patricio.

A pesar de provenir esta historia del siglo XVIII, este personaje no era un esclavo ya que le había sido otorgada la libertad por haber participado, destacándose su valor, en la guerra de La Habana contra los ingleses, encomendado por el que fuera su amo.

Según su descripción física, su gran tamaño y fuerza atraían las miradas de todo aquel que lo tuviese en su radar de visión, pero su atributo más llamativo era su cabeza, enorme y frondosa, muy parecida aseguran a la tendencia que se impuso en los pasados años 80 donde la moda era usar el pelo a lo afro y aún en la actualidad se conoce como espendrún.

Esto era lo que más llamaba la atención de los pobladores y cada vez que se iba a hacer una comparación de algo que fuera realmente grande, siempre utilizaban la cabeza del negrito. Esa calabaza es más grande que la cabeza de Patricio, bromeaban algunos, mientras que otros más dados a los estudios meteorológicos notaron algo muy singular, consistente en que siempre que se nublaba el cielo hacia el sur del pueblo, zona por donde vivía el zapatero, el aguacero era cien por ciento seguro, incluso aunque el cielo estuviese completamente despejado por los demás puntos cardinales.

Así fue que muchos siglos después de esto, se mantiene la tradición que sobrevivió a este singular personaje y cada vez que hay alguna tempestad en Remedios, incluso a pesar de los pronósticos de Rubiera, por «la cabeza de patricio» es seguro que el agua caerá.

Esto no fue inventando y fue un rumor creado por algunos. Hasta los jóvenes de hoy en día mirarán la cabeza de Patricio y así tendrán la certeza de si lloverá o no.