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La Bayamesa: la primera composición trovadoresca romántica de Cuba

Su letra tiene como pocas, ternura, fuego, lirismo y amor… Y en su historia habitan enigmas y misterios insondables. La Bayamesa, fue una canción que estremeció no solo el corazón de una mujer hermosa, sino el de toda una ciudad llena de leyendas.



Este 2018 cumplió 167 años ‘La Bayamesa’, la famosa canción estrenada en la antigua calle San Salvador, allá en Bayamo.

La vida de María de la Luz Vázquez y Moreno, inspiradora de la canción trovadoresca ‘La Bayamesa’, de Céspedes, Fornaris y del Castillo (27 de marzo de 1851), fue real, aunque parezca salida de las páginas de una novela de amor en un siglo XIX que, aún en el recoleto pero pujante Bayamo, vivía la apoteosis del romanticismo irradiado desde Europa.

Luz fue una independentista cubana nacida en Bayamo, Oriente el 2 de Diciembre de 1831. Era una beldad que inspirara la famosa canción “La Bayamesa”, cuyas notas no solo conmovieron su tierno corazón, sino que sirvieron años después para, cambiando su letra, exaltar el ánimo de los valientes libertadores cubanos.

María de la Luz Vázquez y Moreno, inspiration of “La Bayamesa”.
Era la madrugada del 27 de marzo de 1851 y a la mágica ventana de la casa señorial de la muy bella Luz Vázquez. Los amores contrariados entre ella y Francisco del Castillo Moreno, joven abogado y muy amigo de Carlos Manuel de Céspedes y del poeta bayamés José Fornaris, quienes, entre otros bisoños cultos como Perucho Figueredo, ya por entonces eran el alma de la Sociedad Filarmónica de la villa.

La historia con algo de leyenda cita a Pancho Castillo como “el novio” desesperado por reconquistar el amor de Luz. Pero investigaciones acuciosas sobre el nacimiento de los hijos del matrimonio, que fueron siete (Pompeyo, Francisco, Lucila, Adriana, Leonela, Atala y Heliodoro), sugieren la posibilidad de que para esa fecha ellos estuvieran casados, aunque distanciados, pues la esposa se negaba a perdonar un desliz de su cónyuge.

El amante acude a sus amigos y les pide hacer una canción lo suficientemente hermosa y conmovedora para recibir el definitivo perdón. Fornaris se encargó del texto, Céspedes influye en este y pone la línea melódica y el tenor Carlos Pérez la canta finalmente, al compás de una guitarra, en la prodigiosa madrugada antes mentada.

No solo la bella y enamorada Luz, que perdonó arrobada sin remedio, sino todo el vecindario quedó pasmado ante la belleza e esa composición musical, posiblemente la más primorosa obra, junto a ‘Longina’, dedicada por la trova tradicional cubana a mujer alguna.

¿”No recuerdas, gentil bayamesa/ que tú fuiste mi sol refulgente…?” comienza diciendo. Considerada la primera composición trovadoresca romántica cubana, rápidamente se popularizó en la villa y más tarde en el resto del país. Se sabe que los posteriores sucesos históricos de los cuales fue centro Bayamo, cambiaron su letra y nació un alter ego de contenido revolucionario, muy conocido entonces. La obra genuina, empero, se quedó.

Diez y siete años después, en octubre de 1868, Carlos Manuel de Céspedes inicia la primera gesta emancipadora cubana y Castillo Moreno y su heroica mambisa Luz Vázquez, son de los primeros cooperadores de la empresa gloriosa.El esposo amante acompañado de su hijo Francisco (que murió en el combate) parte a la campiña insurrecta.Luz los despide con la más tierna de sus sonrisas y las más alentadoras de sus palabras.

Y aquella mujer espartana, ve morir a su hijo Pompeyo, el mismo día de la toma de Bayamo, abriendo con el corazón partido de dolor, los vastos salones de su mansión señorial, para celebrar la victoria cubana, horas después del entierro del hijo amado.

Aquella mujer extraordinaria, recibe después la fatal noticia de la muerte de otro hijo: Francisco, y enlutada, adolorida, pero resuelta, arenga a una de sus hijas: Atala, para que fuera a cantar el himno de Perucho Figueredo con “Canducha”, la simpar abanderada de aquella tarde inmortal.

Ausente el esposo, muertos dos hijos, pasa Luz por la pena inmensa de ver tuberculizarse a su hija Lucila. Perdidos seres queridos, bienes de fortuna, convertido en escombros su venturoso hogar, que prendiera con sus propias manos en el incendio de Bayamo; Luz Vázquez, acompañada de Adriana y ayudada por el resto de su prole, coadyuva en la obra de insurrección, y de ella dijo Francisco Vicente Aguilera, el venerable patriota, “que era una joya de inestimable valor”.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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