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Gaspar Arredondo: el mambí avileño de las letras

Mambí y periodista. Es una de las figuras imprescindibles en la historia de Ciego de Ávila en las tres primeras décadas del siglo XX.



Gaspar Arredondo Miranda, nació en la ciudad de Puerto Príncipe, el 3 de junio de 1854, hijo de Ana María Miranda y Agüero, camagüeyana, y de Tomás Arredondo Pichardo, acaudalado terrateniente, natural de Santo Domingo. Integró aquella pléyade de jóvenes alzados contra el colonialismo español en 1868.

Alcanzó el grado de teniente del Ejército Libertador; acompañó en la epopeya a su hermano Francisco, coronel y periodista, quien luego fundó el Partido Revolucionario Cubano en Venezuela.

Nuestro biografiado, durante el conflicto bélico, escribió noticias sobre las acciones armadas para el Boletín de la Guerra. Sirvió en el gobierno insurrecto, al lado de su hermano, hasta que este marchó al exilio para cumplir una misión encomendada por Carlos Manuel de Céspedes. Desconocemos si lo siguió en ese viaje.

En la epopeya más de una vez compartió los sacrificios de aquella vida errante y convivió en varios campamentos con Salvador Cisneros Betancourt, Ignacio Agramonte, Ignacio Mora, Rafael Morales, entre otros notables independentistas. No solo atendió con esmero la formación instructiva de sus hijos, sino que inculcó en ellos el amor a la libertad. Al reanudarse la gesta emancipadora, en 1895, Gaspar y Tomás, siguieron su ejemplo y se incorporaron junto con él a la lucha.

En el período de ocupación norteamericana fundó en la ciudad de Camagüey, El Cuje, y en Santa Cruz, El Trabajo. Acerca del primero de estos medios de comunicación apuntó el investigador Eduardo Labrada en su libro La prensa camagüeyana del siglo XIX: “[…] enfrentó las depravadas acciones de las tropas intervencionistas en Cuba, fue en realidad la primera representación de la prensa revolucionaria y antimperialista en Camagüey, y su lucha y combatividad fue ejemplo destacado seguido por otros muchos […]”.

Al conocer Gaspar que en la denominada región de La Trocha de Júcaro a Morón ocurría un proceso inversionista acelerado, protagonizado por capitales norteamericanos, fundamentalmente, decidió asentarse en la ciudad de Ciego de Ávila. Era el año de 1905. Caballerías de tierra vendidas a precios irrisorios para erigir todo un emporio azucarero.

En Ceballos y en la Isla de Turiguanó, se fomentaban dos colonias yanquis. El Ferrocarril Central favorecía el trasiego de pasajeros y mercancías.

Para ganarse el sustento, apoyado por el ímpetu juvenil de sus vástagos Tomás y Gaspar, estableció la imprenta La Luz, ubicada en calle Independencia No. 74. Allí comenzó a publicar El Resumen; a partir del mes de julio lo denominó El Pueblo. Bajo la tutela de Arredondo se forjaron numerosos periodistas que después sentarían cátedra: Antonio Benedico Rodríguez, Enrique García Pérez, Rafael Samper González, Oscar M. Borges, por solo mencionar a algunos de los más destacados.

Otro aporte de Gaspar a la cultura fue la impresión de folletos y libros en los talleres gráficos de su propiedad, entre ellos el poemario Mis querellas, de Gabriel Jiménez Lamar y Memoria explicativa e ilustrada de varios centrales enclavados en el floreciente término de Morón, del autor José Ramón Cabrera, ambos periodistas. Además, favoreció la lectura de revistas editadas en otras provincias, al venderlas en su imprenta. Mantuvo, asimismo, secciones literarias en El Pueblo que contribuyeron  al conocimiento de la obra de literatos nacionales y extranjeros.

La dura competencia profesional, pues tuvo que enfrentar otros diarios que le disputaban la clientela, en especial El Baluarte, y la excesiva carga de editar un periódico con escaso personal y técnica obsoleta, del siglo XIX, no impidieron que tuviera una vida social muy activa y de relevancia. Ya en 1909 era presidente de la sociedad de instrucción y recreo La Popular, institución que fomentó el teatro, la música y la danza. En ese año participó en la fundación del Círculo Obrero de Ciego de Ávila.

Participó, además, en las campañas que propiciaron la creación del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción, el registro de la Propiedad, la Banda Municipal de Conciertos y el Cuerpo de Bomberos.
En 1918 fue electo Presidente del Centro de Veteranos de Ciego de Ávila.

El 12 de junio de 1921 la Asociación de prensa local lo ratificó como su presidente de honor, cargo que ocupaba desde el año anterior. Por iniciativa suya había sido creada esta organización en 1918. Los homenajes continuaron. En 1923, por una propuesta de los miembros del Ayuntamiento, la calle No. Uno, ubicada en el antiguo reparto Desmarets, fue nombrada Gaspar Arredondo Miranda. El 19 de marzo de 1927 el gobierno municipal lo declaraba Hijo Adoptivo de Ciego de Ávila.

El reconocimiento a su desempeño sobrepasó las fronteras de la localidad. Así lo demuestra el nombramiento de Corresponsal Prominente, en marzo de 1924, del Museo y la Biblioteca de Cárdenas, Matanzas.

El 16 de marzo de 1929 falleció en su amada Ciudad de los Portales aquel mambí de las letras.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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