Frente a la Bahía de La Habana: La Iglesia de Nuestra Señora de Regla (+ Fotos)

sábado, 17 de noviembre de 2018

Con apenas unos minutos de travesía por mar en la tan conocida “Lanchita de Regla” puede uno adentrarse en un lugar tranquilo, el cual más bien pareciera un pueblo provinciano; luego de dejar detrás el bullicio de La Habana Vieja.

Son los días 7 y 8 de septiembre los que convierten a Regla en un pueblo al que acuden cientos de personas y se llena de algarabía y agitación. El 7 por Yemayá, la diosa más maternal entre todos los orishas de la religión yoruba y dueña de todos los mares. El día 8 porque es el día de las advocaciones de la Virgen María, y Regla tiene su Santa Madre particular, la cual es por demás protectora de los marinos.

Como Yemayá, en los vestidos de la Virgen de Regla predomina el azul. Se muestra de tez oscura y carga en sus brazos un niño sonrosado. Cuenta la leyenda que su imagen cruzó el océano y desafió grandes tormentas hasta llegar a nuestra isla. Debido a esto los sentimientos del pueblo crearon a su patrona de la unión de la Virgen de Regla, de la religión católica y Yemayá de la religión yoruba. Este sincretismo religioso ha resultado en una extraña unión de todas las personas que van a la misa en la iglesia de Nuestra Señora de Regla.

Los visitantes muestran sus respetos vistiendo ropas en distintos tonos de azul, como mismo viste la deidad, le obsequian ramos de flores blancas, dejándoselas caer desde el pequeño malecón frente al santuario. Los hijos de Yemayá que se encuentran enfermos deben ofrecerle las rosas blancas que son las que le gustan, según la creencia religiosa.

Desde cualquier parte de Cuba vienen al recinto sagrado los fieles adoradores de la Virgen de Regla-Yemayá, incluso del extranjero vienen a visitarlo y a rezarle a la Santa ya que ella facilita los viajes por mar y con su instinto de madre saca a sus hijos del infortunio, protegiendo a quien se encomienda a ella.

Recibió la corona de canonización la imagen de Nuestra Señora de Regla, en 1956, en la época del papa Pío XII. Monseñor Jaime Ortega, Arzobispo de la Habana consagró el altar y el templo ubicados en esta parte de la Bahía, el 24 de febrero de 1987. En el año 1687 se erigió la ermita consagrada a la Virgen de Regla, al rededor de la cual se desarrolló todo un asentamiento poblacional, el cual es hoy un municipio de la capital cubana.

La nuestra no es la única que existe. En Cádiz, España, en la villa de Chipiona al otro lado del mar Atlántico, hay otra virgen mariana, de tez negra y marinera. Los adoradores de esta virgen la conocen con el mismo nombre y sus fieles van a rendirle honores a otro santuario de Nuestra Señora de Regla.