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Estas curiosidades sobre los «Aires Libres del Prado» te ayudarán a conocer mejor La Habana

Cuando se transita por el Paseo Prado vienen a la memoria recuerdos de sus aires libres, terrazas y portales que tomaban la acera de los hoteles Saratoga, Pasaje y el café El Dorado, sitios preferidos por la socialité cubana y curiosos visitantes de los años 50.



Solían llamarle los cronistas a La Habana, el “París de América”. Viajeros asombrados, comentaban que la crème de la crème habanera de aquel tiempo, podía compararse con la resplandeciente sociedad parisina. Y es que La Habana tiene fama de ser una ciudad alegre, llena de movimiento y colores.

Los Aires Libres del Prado empezaban en la calle Dragones y Prado, justo a un costado estaba situado el Hotel Saratoga, hasta la calle San José y Prado, donde se encuentra ubicado el cine teatro Payret. Eran sitios con 15 o 20 mesas de cuatro sillas cada una. La más gustada y concurrida fue la llamada Marquesina del Saratoga.

Cuentan los nostálgicos que este sitio tenía un portal espacioso donde se realizaban las más movidas descargas cada noche. En una tarima de cristal con bocinas para el exterior con piano, contrabajo y ritmo, los intérpretes vocales cubanos más reconocidos de aquella época y de todos los tiempos deleitaban al selecto público.

Cuando se transita por el Paseo Prado vienen a la memoria recuerdos de sus aires libres, terrazas y portales que tomaban la acera de los hoteles Saratoga. -cubaenlamemoria.com

Precisamente, allí interpretó Rita Montaner su “El manisero” de Simons. Asimismo, sobresalieron las orquestas femeninas Ensoñación y Anacaona, quienes alcanzaron grandes éxitos, y hasta la Gran Elena Burke, popular cantante cubana, con un amplio repertorio de canciones y géneros, cantó aquí antes de irse al cuarteto las de Aida.

Por otra parte, se presume que Fernando Chaviano, el fotógrafo que hizo la famosa foto de los marines subidos en la Estatua del Apóstol, trabajaba en los Aire Libres de Prado y esa noche tomó una famosa fotografía con las dos últimas planchas que le quedaban.

Por: Alejandra Angulo Alonso

Escrito por | Redacción TodoCuba

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